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Agricultor obereño ganador de la poceada

Mar 16, 2021 #Oberá, #Poceada Misionera

“Tenía certeza absoluta que era yo”. Lo dijo el ganador del mayor premio de la Quiniela Poceada Misionera, entregada hasta el momento por el IPLyC SE. El obereño se llevó 38.430.928 pesos en el Sorteo N° 1774 (matutino) del 13 de marzo, después de realizar su jugada en la Agencia N° 406 (vendedor N°006) de la Capital del Monte.
El agricultor confió que hubo una época en la que “jugaba a la quiniela de seguido, soñaba algo y ya jugaba. En una semana llegué a sacar en todos los sorteos, de lunes a sábado. Era cabulero. Después dejé por completo, hasta hace poco, cuando la Poceada ofrecía quince millones. Vi que el pozo estaba abultado, e hice diez boletas, y me faltaron dos números para el premio mayor. Y no volví a jugar hasta el sábado”.
De hablar sereno, contó que días atrás le habían ofrecido en venta una propiedad, que sería de suma utilidad para su familia, pero “no lo veía posible. El sábado por la mañana, hablando con mi hijo, me preguntó si no tenía el dinero para comprar ese terreno. Le dije que no, que salvo que apostara. Y me respondió: ¿con la Poceada no alcanza?, lo miré y dije, puede ser, vamos a jugar”.
Enseguida, se sentó, tomó un bolígrafo y “en un papelito de supermercado me puse a anotar los números, que me salían a borbotones. No es que me senté a pensarlos, simplemente me llovían. Eso me dejó como atónito. Le dije que fuera a la agencia y que confeccionara diez boletas”.
Agregó que como no suele dormir la siesta, fue a recorrer la chacra y que después del sorteo “mirando los estados de WhatsApp, vi el de la vendedora que decía que el primer premio cayó en Oberá, que revisaran los cupones. Tuve certeza absoluta que era el ganador. Le dije a mi hijo que revisara, me dijo que hice seis puntos, le respondí: volvé a revisar porque gané yo. Estaba seguro. Y así fue”.
Comentó que “no me sobresalté, seguí mi vida normal. El lunes trabajé más que todos los días porque, pensaba, esto es lo que me dio el pan de cada día durante tantos años. Me quedé normal, me siento normal”.
“Ahora podremos comprar el predio que teníamos en mente, para poder seguir trabajando, como lo hice durante toda mi vida, desde los cinco años, cuando mamá me dio una azadita y carpía a la par de ella. Será súper productivo, si Dios lo permite. Estoy muy agradecido por lo que me tocó, pero nunca fui de vacaciones, ni siquiera conozco Misiones”, señaló el afortunado tras ser recibido por el presidente del Directorio del IPLyC SE, Héctor Rojas Decut, quien le manifestó los mejores augurios.