Desde hace 2 años Olesya Olyanych (39) decidió radicarse en Misiones, localidad de San Martín, allí junto a sus hijos se dedica a la actividad agrícola. Su familia directa emigró a Argentina cuando ella tenía 15 años, cuando la URSS se disolvió y pudieron salir. Sin embargo, en Ucrania quedaron tíos y sobrinos. A una de ellas, madre de 2 pequeños pretende ayudar a salir de Ucrania, en plena guerra con Rusia.
«Tengo 3 hijos y vivo de la chacra, pero tengo una prima que vive en Slovenia, ya que por la crisis salió de Ucrania en búsqueda de trabajo. Pero su mamá y sus dos hijas -que a la vez ya tienen 3 niños- quedaron en Ucrania. Todas somos ucranianas. Anastasia (hija de mi prima) tiene una nena de 5 años y Valeria (la otra)dos niños de 2 y 5 años y nuestra desesperación pasa por sacarlas de Ucrania y hacerles llegar a Slovenia con su mamá», comentó Olesya.
Compungida relató que «el tema es que logramos reunir el dinero para una de ellas que en este momento está cruzando Hungría, con toda la odisea que eso significa porque los corredores humanitarios no se respetan, y las balas son frecuentes hacia vehículos con civiles. Ahora queremos sacar a Valeria, y tenemos una disputa familiar en ese tema porque ella colabora repartiendo ayuda humanitaria a los huérfanos y quiere que salvemos a sus niños y quedarse ella, pero nos dividimos en eso porque si bien el corazón tira a ayudar a Ucrania, la sangre quiere salvarles la vida y sacarlas de alli, pero no tenemos dinero para ese pasaje, necesitamos 140 dólares», remarcó.
«Es muy triste lo que se vive, mi tia que ya es mayor se hizo una cama en la bañera y cuando las sirenas suenan, se mete allí, pero claro que no es buen refugio. No es fácil procesar», dijo con la voz entrecortada.
Comentó además que «mis abuelos paternos y maternos vivieron la guerra de niños y me contaron lo que fue, pero uno lo tomaba como una película de terror y ahora es como que traspasó la pantalla, nos está pasando. Jamás imaginamos algo así, el accionar de Putin y demas gobernantes no se entiende, queríamos una vida europea, mas democrática, una vida mejor, pero ahora todo es destrucción», precisó.
«Los bombardeos ahora se dirigen a cualquier objetivo, ya no solo a lugares de armamentos y demás, y eso nos preocupa mucho por nuestras familias, es terrorífico», dijo.
Respecto a su llegada a Argentina mencionó que «desde que llegamos a Argentina queriamos nuestra tierra propia, luego ahorramos por 9 años trabajando de caseros en Bs As y mi mamá se compró su chacra aquí en San Martín, cría vacas y tiene tambos, yo tambien pude comprar mi tierra y vine con mis 3 hijos, una nena de 15, un varón de 14 y una niña de 9. Decidí traer cabras de Salta, queremos hacer queso de cabra y leche de cabra y en eso estamos, tratando de organizarnos», explicó.
Ahora, su pedido de ayuda apunta a quienes pugnan por vivir, en un país donde los estruendos y sirenas se volvieron frecuentes y donde la vida, tiene poco valor: en este caso, salvarlas, cuesta 140 dólares.