Hay relaciones entre instituciones, desde todo de punto diferentes, que generan aprendizajes, vivencias, desarrollan valores y amplían conocimientos, a todos los involucrados sin excepción. Es lo que ocurre entre la comunidad educativa del Instituto Bartolomé Mitre de Moreno, Buenos Aires y la Escuela 184 del Barrio San Miguel de Oberá. Por eso, hace 26 años mantienen el vínculo que trajo nuevamente a la ciudad a la entidad bonaerense, luego de dos años.
El inicio del padrinazgo, surgió con el ex programa de Gendarmería Nacional, Marchemos a las Fronteras, en 1996. Pero a pesar de que este se diluyó, el contacto entre las instituciones se mantiene. Solo la pandemia impidió la presencia física de los alumnos del Bartolomé Mitre en Oberá. Aunque cumplieron el compromiso enviando elementos y materiales como siempre. “Hace 26 años que vienen. Nos traen ropa, leche, juguetes, útiles escolares. En algún tiempo traían medicamentos que llevábamos al Caps. Cuando por la pandemia no pudieron venir, igual mandaron su ayuda para los niños de la escuela” explicó el Director, Elbio Romero.
En esta oportunidad vinieron 56 alumnos de 5° año Nivel Secundario y cuatro docentes. El viaje fue en avión hasta Puerto Iguazú y desde allí en micro a Oberá. “Ellos mantienen el Proyecto Educativo y lo trabajan todo el año. Al inicio del ciclo lectivo nos piden cantidad de alumnos de cada división, necesidades y preparan actividades, juegos que comparten con los chicos durante dos días. Nuestros alumnos esperan la visita cada año y esos días que saben van a venir los padrinos, la asistencia es perfecta” señaló.
Haciendo historia, el Director recordó que la primera visita fue de cinco alumnos acompañados por el Director. “Después ya venía toda la división. Recuerdo que por aquellos años no se podía entrar en colectivo hasta el barrio, las calles eran terradas. Muchas veces les agarró la lluvia, así que iban caminando, en el barro. Siempre fue especial recibirlos”.
La delegación aprovecha para recorrer los lugares turísticos de la provincia. En esta oportunidad, volvieron a Iguazú a recorrer las Cataratas y demás atractivos de la región, antes de retornar a Buenos Aires. “También fueron al Berrondo y otros atractivos de la ciudad” contó Romero. “Antes de la despedida, se hace una puesta en común entre ellos y el personal docente de nuestra escuela. Ellos comparten lo que se llevan, cuentan sus inquietudes, las cosas que les llama la atención. Es aprendizaje para todos, sin dudas” subrayó.