• 23/11/2024 05:58

Reflexiones entre equívocas y univocas: Pancartas (por Juan Oviedo)

El nuevo –infatuado- mediático ha sabido decir acerca del trabajador, que su “dignidad” está vinculado a su salario, no deja de ser curiosa tal afirmación, en especial, cuando inmiscuye la dignidad con el dinero, aclaremos, lo digno no posee parangón, ni equivalente, no es canjeable por nada, por el cual la dignidad es aquello inexpropiable y nadie se lo puede apropiar, ya que la dignidad es “destino”.

Después, el citado infatuado habla de la expropiación de “derechos” en contra del trabajador, pero un derecho que -no es- regulado por ley alguna porque eso es lo que permite aplicarla como tal, es mera declaración, la regulación por ley de ese derecho permita que aquel o aquellos que no la cumplen, vayan en contra de la ley y por lo tanto, punible de castigo, esa es la única condición que permite el cabal ejercicio de los derechos., de lo contrario, su sola mención es “pancarta” partidaria a igual que la mencionada dignidad.

Entonces, siguiendo con su editorial. el señalado conductor posiciona al “peronismo” como la línea política que le otorgo -derechos y dignidad- a los trabajadores, es interesante la utilización del tropo retórico de la metonimia apelada, si existe ese trabajador con esas cualidades lo fue gracias al peronismo, pero -no hay- peronismo sin ese tipo de trabajador, el emergentismo de peronismo y ese tipo de trabajador emancipado, posea variables de generación espontánea del siglo XIX, ¡notable!, ahora, el trabajo subliminal por décadas que se viene haciendo, asociar -dignidad, derechos, trabajador y peronismo-, ha dado sus frutos.

Pero ¿qué sucede hoy con esas variables señaladas, y por qué se las enfatizan?, porque hoy gobierna otra línea de gestión con otros intereses, lo que significa que, a los trabajadores, hoy no hay quien los defienda, ni la abstracción de la dignidad según la mirada del infatuado, ni la de los derechos no regulados y ni por peronismo alguno, esa es toda la cuestión.

Pero, ¿qué paso, que ocurrió, como se llegó a esos gobiernos en contra de los trabajadores, del pueblo, de la patria, de la nación, del peronismo y kirchnerismo?, la perfilada decadencia comienza a sospechar que ya -no son- solución de nada, pero la escuela partidaria que sigue los cánones establecidos por santos, gurúes y maestros doctrinarios, no se hacen cargo que de “alguna” forma posicionaron a un Macri, a un Fernández, y a un Milei, lo que mantiene a rajatabla el punto de vista partidario y su pertinente sinécdoque para señalar el recurso literario del “relato” peronista.

Mientras, las pancartas enarboladas presuponen dogmas, emociones, sentimientos, bombos y movilizaciones, ¡qué pérdida de visión y de sentido!, hacer bien lo “inútil”.


Juan Oviedo