• 27/11/2024 00:32

Achicar, achicar, achicar

Jun 26, 2024

¿Cuántas veces en el día de hoy te achicaste?

En tus ideas

En tu economía

En lo que tenías ganas de hacer y lo postergaste

En lo que querías expresar y te callaste

En lo que no querías hacer y te obligaste

Estos días estuve pensando en ésta idea, achicarnos, recortar, restringir, siempre minimizando, contrayendo, como algo en contra de nuestra voluntad.

¿No será que nuestra esencia nos pide expansión? ¿No será que estamos hechos para la abundancia y no para las migajas? ¿No será que estamos para MÁS y no para menos?

Y esta idea o concepto aplica para todo. Aplica para lo económico, para las relaciones y vínculos, para nuestros sueños.

En nuestro ADN está el miedo al fracaso, a la exclusión, a la supervivencia desde las cuestiones más básicas que tenemos como seres humanos, pero también está todo el potencial para expandirnos.

Estos días hablando con una amiga le dije, no quiero menos de lo que doy, no me conformo con migajas y no me voy a traicionar nuevamente, ya lo hice a lo largo y casi cuatro décadas. Ahora quiero hacerlo bien, es decir, a mi manera.

En ésta idea de hacerlo bien y a mi manera, viene éste concepto de hoy. Achicar.

A medida que nos vamos desarrollando, relacionando y viviendo, aparecen las emociones. Eso que hacemos o decimos nos provocan cosas, sensaciones y pensamientos en nuestro interior, haciéndonos sentir de una manera determinada. Generalmente y debido a la domesticación que tenemos todos, siguiendo parámetros que otras personas fueron imponiendo en la sociedad, dudamos en hacer lo que sentimos, ahí comienza el achique. Me contraigo para encajar, me callo para no generar conflicto, me limito a disfrutar por el miedo a que falte, etc.

Obviamente que en términos económicos los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas, tal vez el tema es darse cuenta qué de esas necesidades son reales y cuáles de ellas no son funcionales a mi vida o la vida que quiero tener. No es lo mismo dejar de comprar o hacer algo por no gastar que dejar de hacer algo o comprar para reemplazar esas acciones por algo mejor para nuestra vida. Ej: dejar de fumar para pagar el gimnasio o dejar de comer tanta carne y variar mis comidas haciéndolas más saludables, etc. Costos- beneficios.

En general vemos las “crisis”; hablo de crisis en general, emocional, económica, edades o etapas de la vida, etc.-, como algo malo, caótico que viene a desequilibrar todo nuestro mundo, cuando en realidad puede que sea lo mejor para nuestra vida, solo es una cuestión de percepción. Yo no sería quien Soy hoy sin todas mis vivencias, buenas y malas.

¿Cuántas veces como papá o mamá sentiste culpa por comprarte algo para vos y no para tus hijos/as?

¿Cuántas veces postergaste la inscripción a ese curso que siempre querés hacer?

¿Cuántas veces reprimiste tus ideas por miedo a que tilden de ridículas o tontas?

¿Cuántas veces dejaste de arreglarte o ponerte la ropa que te gusta por miedo a que te digan algo?

Fíjense que, en esta última pregunta, no siquiera tiene un costo económico, simplemente ponerte la ropa que querés ese día. Y te entiendo, en los lugares de trabajo, suele ser monótono o a veces por una cuestión de comodidad, nos vestimos de una manera determinada, pero siempre podemos darle nuestro toque personal, un detalle, algo que te destaque, algo que te haga sentir espacial ese día o en ese momento. Hacelo por y para vos. Si vos te sentís bien, eso se nota y eso es lo que perciben las personas.

Me dirán ¿Y qué sentido tiene todo esto? Si no me gusta mi cuerpo, o no tengo ropa de XXX marca, etc. Son las pequeñas cosas y cambios las que van modificando nuestro mundo interior. Las pequeñas decisiones que vamos tomando en nuestro día a día, para ir transformándonos en esas personas que queremos ser.

¿Cuál es el costo emocional que pagas por quedarte en ese lugar molesto?

¿Qué parte de vos es la que estás achicando y minimizando?

¿Qué te impide vivir a tu manera y según tus parámetros?

Algo que aprendí es que cada persona está en su mundo. Si, literal, con sus mambos, proyectos, limitaciones y no te prestan atención hasta que le muestres algo de ellas. Tocas algún botón que los haga saltar. Puede ser algo bueno o malo. Por ej: si me visto de una determinada manera, puede que me tilden de ridícula o de copada, todo depende de lo que esa persona tenga en su cabeza, de cuáles sean sus creencias. Y el trabajo está en ellas, no tengo que achicarme, -hablo de invisibilizarme para no molestar-,  o dejar de ser Yo porque le incomodo con mi look, siguiendo con el ejemplo.

Una vez que comprobé eso, tocaba enfrentar mis propios prejuicios, romper esa ideas y creencias que tenía en mi interior y comenzar a vivir a mi manera. Compartir mis ideas, mi manera de estar siendo, mi forma de vestirme según cómo me sienta ese día y lo que me dé la regalada ganas de ponerme, pagarme un masaje, viaje o comprarme helado, una planta, sahumerios o velas, etc.

Tenemos una vida gente y es tu decisión a diario la que te hace vivirla de una determinada manera.

Cuando comencé a seguirle a Enric Corbera, Covadonga Perez Lozano, Ismael Cala, el Dr. Jhon Dispenza, entre otros seres maravillosos, comencé a descubrir otro mundo.

Gracias a la lectura puede ir dando respuestas a mis inquietudes y que me llevó a volver a confiar en una fuerza superior que todo lo sostiene y abraza. Y esto no quiere decir que me tengo que quedar con los brazos cruzados esperando a que se me de lo que anhelo, porque ya lo tengo todo, sino que me di cuenta que tengo que romper, desaprender todas esas creencias que me separan de lo que ya está disponible para mí en el campo cuántico, abundante e ilimitado.

En uno de sus libros, “Tu nombre ancestral es abundancia, Enric Corbera no dice:

¿Qué hay que entender por abundancia?

La abundancia es un estado mental que está sostenido por una consciencia que sabe y comprende que todos estamos conectados a una Consciencia Total o Unidad. No buscamos ahí afuera. Disfrutamos de lo que estamos haciendo, teniendo la certeza de que todo está en cada uno de nosotros. (pág. 23)

Capítulo I

El campo creativo

El ser humano no tiene plena consciencia del poder que tiene. No somos conscientes de la existencia de una Energía Inteligente que lo sostiene Todo, y que se manifiesta en nuestras vidas en forma de experiencias. En el universo no existe la casualidad y sí la causalidad, que es la relación que hay entre causa y efecto. La mayoría de las personas creen que los acontecimientos –que percibimos externos- son la causa, cuando en realidad son los efectos, y la causa somos nosotros, cada uno de nosotros. Al no ser plenamente conscientes de ello, desarrollamos una multiplicidad de explicaciones a lo que nos ocurre, que pueden ir desde la mala suerte, la casualidad o el mal de ojo, hasta el mal karma. (pág 43-44).

Ponemos miles de excusas, cualquier cosa, menos hacernos responsables de lo que pensamos y creemos y sobre todo lo que sentimos. Insisto con las emociones porque ellas son el pegamento para que esas situaciones se manifiesten de una forma u otra. Por Ej: si alguien te pide dinero o una colaboración, y lo hacés por obligación, sintiendo que, si no lo hacés te genera culpa, o te criticarán, ese es el efecto que se producirá en vos. Te faltará el dinero y lo atribuirás a que “tuviste que colaborar” y ahora te falta, pero ¿te acordás lo que pensaste y sentiste cuando lo hacías? Todo lo que te sucede son los efectos de tus creencias y emociones.

Cuando comprendí que nada externo a mí me puede hacer daño, faltar o dominar, entendí que soy libre y poderosa. Entendí que cuando doy desde el amor y porque así lo elijo, en realidad me lo estoy dando para mí. ¿O acaso no lo comprobaste cuando ayudaste a alguien?, cuando le hiciste un cumplido y reconociste algo que hizo bien otra persona, etc. ¿Cómo te sentiste? Eso que diste, ya sea en palabras o acción es energía que enviaste y de la misma fuerza o multiplicado vuelve a vos. También pasa a la inversa, no lo olvides.

Todo eso que mezquinas, no decís o hacés, te lo estás haciendo a vos misma/o. Vaya a saber por qué. En muchos casos creemos que no somos merecedores de tal o cual cosa. Tal vez, porque nos hicieron creer que debemos esforzarnos para conseguirlo así tiene más valor o que lo que nos pasa, sentimos o queremos no es tan importante como para dedicarle tu energía, etc.

¿Qué estamos dando cuando damos? ¿desde qué lugar y con qué energía?

Sé que lo más desafiante en estos tiempos es creer que lo tenemos todo, que no tenemos que hacer nada más que disfrutar, pero no te olvides que venimos de una familia y sociedad que nos inculcaron sus creencias. Sus limitaciones. ¿Alguna vez te preguntaste si elegiste tu religión, cuadro de fútbol o estilo de vida y profesión? Mmm, Pensalo.

Yo ya no quiero achicarme en ningún aspecto de mi vida. No quiero guardarme nada para decir y hacer para experimentar en esta vida. No me voy a achicar para encajar o para que los demás estén bien. Ya sufrí lo suficiente como para darme cuenta que por ahí no es. Voy a lograr o conseguir eso que quiero expandiéndome no achicándome, minimizando mi esencia. A medida que viajo hacia mi interior, voy conociendo aspectos míos maravillosos y a otros le pongo luz, por eso voy entendiendo lo que te puede estar pasando a vos. ¿Por qué crees que hablo de todo esto? Porque lo experimente o experimento en mi vida, uno enseña lo que tiene que aprender. Esa es una frase que me encanta.

“Cuando una MUJER entiende que complacer a todo el mundo es imposible, es Libre. Libre para complacerse a sí misma”.

Aplica para todos, ¿o no?.

Paula Vera (coaching-docente)

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