Reflexiones entre equívocas y univocas: Manzanas (por Juan Oviedo)

¿Cómo explicamos la marcha del 1 de febrero del 2025?, ¿cómo “respuesta” a quien preside por sus ataques, denigraciones, insultos, demonización a los grupos implicados?, entonces, esa respuesta lo sea desde un punto de vista “moral”, señalando la impertinencia del inmoral, pero también, se puede “ver” como -respuesta- al ataque de una condición de “ser” y, por lo tanto, adquiera esa marcha un sesgo ontológico, que dice ¿ves?, este marchar, recorrer -te dice- que no puedes negar lo que existe y se “niega” a ser ¡víctima! de tu –prejuicioontológico, cobarde condición de la protección institucional de “quien preside”, y muestra la nimiedad de todo victimario, su levedad.

Y quien preside, junto a su ministra de seguridad –mentirosa serial-, no “son” ninguna reserva virtuosa, por lo tanto, la cuestión de la marcha ¿cuál es?, porque quien preside y su ministra, -no cambiarán- sus puntos de vista, ni sus maneras de actuar o mudar sus torpezas ante el respeto, la ubicuidad u honorabilidad, pues seguirán “siendo” lo que son, entonces, ¿por qué marchar?

Él lo supo decir hace tiempo, “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad” pero la siguiente metáfora sea mil veces más potente, lúcido, bello que la diatriba -vulgar-, a la que nos tiene acostumbrado quien nos preside, “Incluso si supiera hoy que mañana el mundo se hará pedazos, yo igualmente plantaría mi manzano”, y esa es la explicación de la marcha de mañana, -no es- devolver las ofensas y los insultos, sino de ¡plantar manzanas!

Juan Oviedo

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