(Por NORMA LUNGE)
Apenas se menciona una protesta social, corte de calle o manifestación de vecinos, las opiniones no se hacen esperar. La opinión pública hoy es lo que abunda en redes sociales, medios de comunicación y todo sistema que sirva para comunicar. Opinión formada o no, pero opinión al fin.
Decidí hoy, plasmar la mía en este escrito.
Hace meses se viene sintiendo mayor virulencia en las reacciones de quienes piden soluciones a sus problemáticas, agua, luz, casa, calles, recolección de residuos, limpieza, etc. El hartazgo de la gente se siente y eso no solo se observa a nivel local. Con las condiciones socio económicas adversas, la rispidez es aún mayor.
Sin embargo, hay problemáticas que persisten a través del tiempo: la necesidad de viviendas. En Bs As la gente vive hacinada en villas, que crecen y crecen permanentemente, ya no hay espacio geográfico sin utilizar.
En Oberá, la geografía nos muestra muchas extensiones de tierra sin ocupar, pero también cientos o miles de familias que pugnan por una casa, un techo digno. Sin embargo, cada gestión municipal solo “acomodó” a las familias que les resultaban útiles, a efectos de conseguir un voto, en barrios o asentamientos periféricos-27 dio cuenta la Asociación civil TECHO en su último relevamiento-.
Cada gestión debió afrontar reclamos, pedidos, no sólo de viviendas sino de servicios, calles y hasta de líneas de colectivos urbanos. Llamativamente, cada gestión también, aun antes de serlo, prometía lo mismo que luego los vecinos pedían. Y a esos vecinos los llaman-una vez en el poder- los que “siempre piden”, los que “no trabajan” o los que “quieren todos de arriba”. Pero….no era que cuando hacían campaña esos “candidatos” les llevaban colchones, frazadas, chapas, y hasta choripanes para convencerlos? De qué se quejan? De haber sembrado la semilla?
Las políticas públicas, de estado, van más allá de eso, pasa por educar, por asistir y por capacitar en oficios(entre otras cosas) a esas miles de personas que quieren un lugar para vivir, pero que nunca tuvieron la OPORTUNIDAD para aprender otra cosa que no sea el asistencialismo.
Cuando condenamos “al que pide”, “al que quiere todo de arriba”, lo hacemos desde nuestro lugar de ciudadano que tuvo la oportunidad de educarse, de tener una familia que lo contenga, de aprender un oficio, de saber hacer una huerta, de conocer métodos anticonceptivos y tener la posibilidad de adquirirlos.
¿Alguien acaso puede pensar que a estas familias, mujeres, hombres y niños les gusta vivir en el barro, comiendo de una lata o peleando por una chapa de cartón? . Ofrecí trabajo?, capacité a esa persona en un oficio que no sea tarefear? Analicé si el CAPS o la escuela le queda lejos de donde estaba y por eso decidió irse a un bañado a vivir? Qué parámetros tiene mi vara que mide la “dignidad” de los demás?
Es imposible saber que pasa una persona si no estoy en SU lugar. Y es imposible buscar soluciones a corto plazo, si cuando fui con mi propuesta de voto, les lleve junto un colchón o un televisor para que me votara.
Las políticas de estado, son a largo plazo. Pensadas, estudiadas con causa y efecto, con el aporte de la sociedad y de los dirigentes. Sino…solamente tenemos que mirar el ejemplo que nos dan los jóvenes-y algunos no tanto- de TECHO, que apuestan a la dignidad de un techo, pero también a la capacitación en oficios y al trabajo solidario y en equipo.