Tiene 55 años y la marca de una vida, sufrida pero alegre. Helena Silva, tiene 8 hijos y ya varios nietos, tres de sus hijos habitan con ella y su esposo, la vivienda humilde que poseen en Barrio Norte. Este domingo celebra ser madre, pero sobretodo festeja haber criado su prole sin ir a la escuela, sin saber leer o escrbir, pero trabajando en una labor tozuda, sacrificada y dura como la TAREFERA.
«No me da vergueza decirlo, soy y seré tarefera toda la vida, es lo que aprendí a hacer, desde los 8 o 10 años que realizó esa tarea, con lluvia, con viento o con sol», comentó Helena.
Reflexiona acerca de esta fecha y repite una y otra vez que sus hijos han sido su motor, que trabajó siempre por ellos. «Mi esposo está conmigo desde que tenía 15 años yo, me enseño lo poco que sé leer y escribir, siempre trabajamos juntos, a la par, fue muy dificil pero salimos adelante», insiste.
Con sus hijos aun amamantando fue muchas veces a la tarea rural, en tiempos de zafra; a cosechar y en tiempos de suspension de cosecha a carpir y machetear. «Eramos muchos hermanos, solo supe hacer esto, mis padres no me mandaron a la escuela y tuve que ayudar desde temprano. Por suret mis hijos estudiaron y excepto uno, los demás no tuvieron que tarefear, porque es muy duro, es muy cansador. Yo valoro el esfuerzo de los tareferos porque sé lo que es y cuando dicen tareferos en forma despectiva o rebajando no tienen idea de lo que significa ese trabajo», mencionó la madre tarefera.
Sus manos duelen despues de tanto cortar yerba, pero su sonrisa y sinceridad no ceden. «Uno por los hijos hace todo, y yo lo hice para que tengan para comer, soy madre tarefera y lo volvería a hacer», dijo.
Ya sus dias son distintos, no sale a la madrugada ni con lluvia o frio para cortar la yerba que luego se degusta en el mate. Sabe de sacrificios y de luchas, sabe de parir saliendo de los yerbales, pero tambien sabe que gracias a eso, sus 8 hijos crecieron sanos y alimentados.
«Las mujeres trabajan y cuidan a sus hijos, siempre tenemos mas de una tarea, podemos cocinar y dar la teta, cada vez que nos proponemos, lo hacemos. Muchas veces no supe de donde saque fuerzas, pero sé que lo hice, mis hijos me ayudaron a crecer y son mi orgullo», dijo segura de su proceder Helena.
En este día, en su nombre, honramos a quienes saben de sacrificios y de luchas, de diálogos y silencios, las que paren con dolor y las que crían con el corazón y sin tener en cuenta la sangre. Feliz dia MAMAS!!!