La muerte “siempre” nos genera desafíos, estados y preguntas, en especial, cuando nos planteamos si lo que sentimos por quien -se fue- y quedarnos sin él, fuere ese el motivo de la “aflicción” o porque la muerte, una vez más es esa impertinencia hacia la vida, por el ser a quien se lleva, como sucedió con nuestra querida amiga -Elisabeth Villavicencio-, habitante en la ciudad de Oberá.
Junto a Aníbal de Grecia y otros, con “Eli”, así la llamaba, supimos compartir encuentros con palabras, empanadas, vino y letras, “poesía” ese espacio generador de encuentros que habla acerca de la condición humana, sus dolores, felicidades, amores etc., con esa forma única de decir lo que “todos” sabemos por vivirlo, pero la poesía lo diga de una forma distinta, bueno, pero Eli, aparte de poeta era cuentista, por ese decir y por ese compartir a corazón abierto desde su condición de persona, porque “su” decir se nutrió de su sensibilidad, su solidaridad, su apertura, palabra y silencio.
Eli, se destacó en el mundo de la cultura obereña, aparte de ejercer como docente, fue una fiel exponente de la literatura regional y en sus viajes supo dar publicidad a los escritores de su Misiones, integrante del Grupo Literario «In-Visible», delegada del SADEN por Oberá, era asidua participante de la feria Provincial del Libro de la señalada ciudad, supo ser conductora del programa radial Costumbres Argentinas, y subsecretaria de cultura Pcia. de Misiones.
Supo participar en antologías “Letras Obereñas”, “Antología Libro de Oro y Plata”. Fue 3er premio concurso cuento breve Subsecretaria de Cultura Provincia de Misiones. 2do Premio. Primer concurso literario “Dejando Huellas” I.P.S. 2010. Premio “Cacique Oberá”. Municipalidad de Oberá 2010.
Mención especial concurso Hernando centenario. Córdoba 2013- Participación en Antología
“El mate y la amistad” 2015. Y nuestro desfallecer por la señalada impertinencia. Salve Eli.