Como todo emprendimiento turístico familiar, Cabañas Oberá, celebra cada paso consciente del esfuerzo que representa. Con una única premisa, brindar una atención de calidad, el privilegiado espacio fue creciendo con el correr de los años. «Un 10 de julio, hace siete años, recibimos nuestro primer pasajero. Para celebrar este aniversario hicimos un sorteo con muy buena repercusión, sorteamos dos noches de alojamiento para dos personas, una manera de agradecer el acompañamiento recibido» manifestó Patricia, la propietaria.
Patricia y Ernesto Martins, con sus dos hijos y una hermana de Ernesto, son la base de funcionamiento del predio. El entorno natural, donde se aprecian las tonalidades de verde, parte de la flora autóctona, sumado al confort de los alojamientos, convierten al lugar en un espacio seductor. «Avanzamos un montón, empezamos construyendo la primer cabaña, iniciamos con dos cabañas, hoy tenemos cuatro, además seis habitaciones que sumamos con un crédito que gestionamos. Fueron años de seguir invirtiendo, de crecimiento y seguir apostando a más siempre. Llegamos a lo que queríamos, vamos a quedarnos con lo que tenemos, la idea es que sea un lugar tranquilo, de descanso, no con mucha gente. Vamos a tener un total de 48 plazas. Además desde noviembre estamos instalados en el lugar, por lo que es nuestra casa» destacó la dueña.
La tarea no fue fácil, para ser competitivos y estar a la altura de la demanda existente, la capacitación permanente fue fundamental. «Trabajamos la familia, todos involucrados. Hicimos muchos cursos, capacitaciones, siempre aprendiendo más, eso nos gusta, principalmente debimos capacitarnos en marketing, herramientas digitales, entre otros cursos, imprescindibles en la actualidad. Todo lo que nos ayude a brindar mayor calidad a nuestros pasajeros es importante para nosotros. Hay gente que viene y se inicia una amistad, se generan relaciones, pasan cosas muy lindas con los pasajeros. Tenemos mayormente visitas de familias, es lo habitual para Cabañas Oberá, recibir familias».
La naturaleza que rodea a las Cabañas impone un ambiente armónico y tranquilo, pero también requiere una gran tarea de mantenimiento. «Estamos fuera de la ciudad pero no alejados, esto les gusta a nuestros visitantes. Siempre hay trabajo, durante todo el mes de julio no fue sobresaliente la cantidad de alojamientos ocupados, pero fue aceptable. Ahora esperamos la Fiesta Nacional del Inmigrante. Tratamos de estar en los diferentes programas, como Ahora Turismo, para ofrecer beneficios a nuestros pasajeros, porque lo que más valoramos y cuidamos, son nuestros pasajeros» subrayaron los propietarios.