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Chau 2021: Lo que el viento no se llevó

Dic 31, 2021

El año que se va no califica para ser catalogado como un año típico y mucho menos en el marco de una crisis sanitaria mundial que tiene sus ribetes domésticos en nuestro querido país y también en la tierra roja.

Arrancamos con crisis de verano con el turismo llorando lagrimas con signo pesos y la gente sintiendo desazón por no poder salir a renovar energías y descansar. Un poco después comenzó el tire y afloje de las clases, que esta vez no fue por paritarias sino por presencialidad o virtualidad. Finalmente, el temido confinamiento se repitió y el año hábil comenzó con parates por la cantidad de casos.

Desde la óptica económica se sacudió el granero del mundo al suspenderse la exportación de carnes como medida tendiente a arrojar algo de justicia en las cuentas hogareñas para saborear unas ricas milanesas. En el mundo se vivió una rebeldía cristiana en la cual, de manera inesperada, sacerdotes desoyendo las directivas vaticanas, impartieron su bendición a parejas del mismo sexo.

Ya cerca de la media del año, la selección argentina de fútbol levantó la Copa América de la mano del gran Lio Messi, robándole una sonrisa a la patria redonda y en ese mismo momento un jugador de la selección de Dinamarca estuvo muerto 12 minutos en medio de un partido de eliminatorias europeas, siendo revivido y despertando todo tipo de suspicacias acerca de los controles dentro del fútbol profesional.

En la pampa húmeda comenzó la producción de la vacuna rusa Sputnik en laboratorios privados del país, aportando ese vital recurso para combatir la crisis sanitaria. Después de una lucha agotadora de años y peregrinajes interminables se logra el DNI sin género que marca un antes y un después para tantas personas castigadas en su derecho y percepción.

Increíblemente Messi deja el Barcelona, cosa que parecía imposible y el oficialismo argentino recibía un inusitado castigo en las PASO, dejando su poderío cameral en la cuerda flojísima.

En la tierra roja, el agua de lluvias se complotó con el agua de red y con la energía eléctrica para hacer travesuras enervantes con las personas, generando incendios tremendos y grandes huecos en la prestación de servicios, por distintos motivos, entre los que se destacan la falta de inversión. Las hormigas padecieron cortes de luz por las deudas contraídas entre leones y elefantes.

Lamentablemente los femicidios continúan en la realidad y no se ven bajas notables en ese sentido con el agregado del aumento de casos de gatillo fácil perpetrados por policías de distintas jurisdicciones. Violencia que apareció en alza.

La soja también fue estrella este año en la tierra roja, no por su valor internacional ni por la fertilidad de sus tierras produciéndolas, sino por el corredor gigantesco que funcionaba a plena luz del día y que prácticamente levantó un municipio entero llevándose en esa fiebre hasta los guardarrailes de una ruta, los que se usaban para descargar camiones cargados con ese oro en granos.

Un presupuesto nacional rechazado y las negociaciones con el FMI mostraron la inmadurez política de un importante sector y dejó ver el resultado de la famosa grieta, que hace que convivan dos países en uno, cada uno encerrado en sus límites y sin poder consensuar una sola medida.

En la que ciudad que brilla fuimos testigos de los vaivenes ejecutivos por recambios y pudimos apreciar una jura de posesión de cargo que fue tomada por quien no podía tomarla, de un ejecutivo que solicitó licencia de su cargo para cumplir funciones a mil kilómetros de distancia y consideró que estaba de más renunciar. El Concejo Deliberante con el aire decembrino se entretuvo con el juego de la silla y un vóley de playa con la vicepresidencia.

El postre se parece a la entrada del menú y las copas se levantarán etiquetadas para no confundirse con la copa ajena y abrirle la puerta a la variante número 20 o más, de un virus que vino para quedarse demostrando más capacidad de adaptación que los seres humanos mismos.

Así y todo, cada año que se vive es un año ganado y cada experiencia termina por enriquecer la galería de nuestras vidas, por lo tanto, es sano dejar ir el pasado, rescatando las utilidades y poniéndolas en práctica durante el 2022 para seguir en la trabajosa lucha de ser mejores personas y conformar una mejor sociedad.

Es sabido que el viento no tiene la capacidad de llevarse todo pero puede generar un cambio de aire. Veremos qué llega en el 2022. Por lo pronto, deseos de un venturoso Año Nuevo es lo que prima.