Ocurrió en Puerto Rosario, durante recorridas rurales que hacía una patrulla policial. Dos hermanos se acercaron para conversar y les pidieron si los podían llevar hasta su casa, ya que caminaban una importante distancia todos los días para ir a la escuela y a uno de ellos se le había agujereado el único par de calzados que tenía.
Fue así que los uniformados los llevaron y conocieron a la madre, quien les comentó que realmente atravesaba un difícil momento económico, pero que quería que sus hijos siguieran yendo a la escuela, por lo que los policías le dijeron que la ayudarían. Cumpliendo con su palabra, les acercaron abrigos, mantas y calzados para los días de frío que se avecinan.
La iniciativa fue de los policías de la División de Delitos Rurales de Oberá, quienes dieron su palabra a los menores y hoy los visitaron. La familia de Puerto Rosario son trabajadores rurales y tienen a sus hijos en edad escolar. La madre, sustento del grupo, contó su historia y los efectivos rápidamente se pusieron a su disposición para acercarles lo que más necesitaban.