La situación de crisis económica y social ha escalado a niveles inimaginables. Los desmedidos aumentos de precios en una «economía libre», la apertura de importaciones que provocó entre otras cosas que mucha yerba ingresara «oficialmente» desde Brasil y Paraguay; el alto costo en servicios y alquileres, por mencionar algunos ítems, presionaron a los argentinos hasta lo indecible. Sumado a salarios que ya venían rezagados en Misiones, aumentó el caldo de cultivo que obligó a salir a protestar a cientos de misioneros- fuerzas de seguridad incluidas- además de docentes, sector de salud y otros estamentos públicos.
Con la presencia de medios nacionales en la provincia, la «vidriera» para mostrar lo que se sufre o ser protagonistas en la lucha, incentivó a muchos más a hacerse presente en la ciudad Capital. Pero esto es una, de las aristas que conlleva esta crisis profundizada por el mismo gobierno nacional desde que asumió.
Justamente, la crisis de «representatividad» es lo que llevó a un desconocido político Javier Milei a ocupar el sillón de Rivadavia. La misma crisis que viven los sectores, sindicatos o instituciones que «representan» (o deberían) a sus socios, afiliados, etc. Esto es, sindicatos que firman un «acuerdo» que sus bases no apoyan, entidades que se erigen como los dueños de la verdad sin consultar a sus integrantes.
Nos preguntamos: ¿no es eso lo que reclama la sociedad hoy? ¿No ha hecho escuchar su molestia al elegir a un Milei que apoyaba la venta de órganos, la desaparición del estado, la privatización, la eliminación de subsidios cuando hacia campaña?. La mayoría votó ese modelo que hoy impera, pero a la vez siempre justificó la decisión señalando que «queria un cambio» o no quería mas a «los mismos de siempre». Hoy, el gobierno provincial acuerda votos con el gobierno nacional que todos los ciudadanos de las localidades misioneras eligieros(excepto una) y la mayoría se rasga las vestiduras. Pero es el modelo que la misma ciudadanía votó en definitiva, en el orden nacional y provincial, incluso en sindicatos e instituciones que actúan democráticamente.
Los últimos acuerdos con el gobierno provincial de parte de gremios docentes oficialistas, sin escuchar a sus afiliadoso representados, de Salud Pública-fragmentando aun mas la división entre un mismo gremio- (ATE y UPCN) porque lo hicieron «a espaldas de sus afiliados», ¿no habla de una crisis de representatividad?. ¿No está señalando acaso una falta de credibilidad en sus líderes que fueron elegidos en elecciones?.
Claramente, la mayor convocatoria la tuvo la misma Policia-que ni gremio tiene- y a partir de alli se convocaron en su derredor los otros sectores, desperdigados como autoconvocados.
El problema no pasa por solicitar lo que «merece» cada una de las áreas que protestan, sino, pasa por saber de dónde sacar ese dinero sin apoyo nacional. Y también pasa por quienes «negocian», pasa por saber si son creíbles aquellos que «lideran» (o a menos deberían hacerlo) a sus representados.
Por lo tanto, el nudo de la cuestión parece ser de arriba hacia abajo, la credibilidad y el valor de la palabra, algo que con el tiempo, ya casi ni se menciona, porque la gran mayoria borra con el codo lo que escribe con la mano u olvida lo que puso en las urnas al votar. O no?