• 19/04/2024 15:49

Múltiples Existencias: Roberto(por Raquel Waldow)

Roberto se llamaba… bueno, Roberto se llama, vamos a hablar en presente porque sigue estando ahí.

Roberto le llamamos, sí, nombre completo, porque es un tipo tan insulso que ni siquiera te inspira a pensarle un apodo, ni un diminutivo, ni un nombrecito cariñoso, nada, Roberto, a secas.

Cara de póker, siempre, esa gente que no sabés si es feliz o si esta a punto de tirarse bajo un camión. Vos le mirás, y no se le nota nada.

Y eso que dicen que los ojos son la ventana del alma y qué sé yo, no sé, este chico habrá venido desalmado. Como un envase de tetra un sábado a la madrugada tirado en la vereda, así, vacío.

A veces fantaseo que me paro frente a él, le agarro fuerte de los hombros, le doy una sacudida mientras le digo ¡chabón, despertate!

¿Tendrá ilusiones Roberto? Me pregunto. ¿Pensará como yo en todas las cosas que tengo pendientes antes de dormir? ¿Le conmoverá mirar fotos de perritos? ¿Sueña? ¿Llora?

Pero ojo, no me hago la superada, ya aprendí en alguna parte del camino, que la vara con la que medimos a la gente, está torneada a nuestro capricho, y suele ser bastante injusta.

Así que en un esfuerzo por entenderle, traigo a mi conciencia una cuotita de empatía y pienso; y a mí¿Cómo me verá Roberto?

A los pocos segundos, como en un insight que se parece mucho a bañarte en julio en una ducha fría, me doy cuenta de algo… Roberto tampoco usa apodos conmigo, Roberto me llama por mi nombre completo.