La fecha del 8 de marzo, como Día Internacional de la Mujer, tiene muchos orígenes, no solo lo sucedido en una fábrica donde murieron mas de 146 mujeres que luchaban por sus derechos laborales en Chicago, en 1911 sino años después cuando en 1948, las estadounidenses Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott convocaron a la primera convención nacional por los derechos de las mujeres, en Estados Unidos y antes aún, en 1917, cuando bajo el lema «Paz y pan», miles de mujeres salieron a la calle a peticionar por la necesaria paz, ante la muerte de miles de soldados rusos y el hambre imperante.
El Día Internacional de la Mujer se robustece año a año con pedidos diferentes y la necesidad de la visibilización de la mujer y sus derechos, la insistencia en no quedar relegada, detrás de todo, ausente de las decisiones que la involucran.
Este año, la lucha contra la violencia de género cobra mayor impulso en la Argentina, sobretodo con tantos femicidios, en un país con leyes que son ejemplo en materia de género y que no son aplicadas.
El Día Internacional de la Mujer nos debe revolucionar cada vez más, «hacer lío» para que la sociedad machista y patriarcal que en muchos lados impera con fuerza, retroceda. Para que muchas mujeres-más machistas que los hombres incluso-entiendan que la lucha es en beneficio de todas y cada una, no solo de las que estamos vivas, sino de aquellas por venir.
El «Nunca más» o «Ni una menos», nos debe proporcionar fuerzas suficientes para hacer valer nuestros derechos, pedir igualdad y sobretodo hacernos oír. La violencia existe en muchos órdenes y golpea con fuerza a las mujeres en todo el mundo, no hablamos exclusivamente de violencia física, sino verbal, laboral, aquella que aparece cuando la justicia «omite» actuar, cuando el hombre (o mujer) al lado de la que sufre, se calla y no actúa.
Es cierto que se ha avanzado en muchas aristas, que las mujeres podemos demostrar qué somos capaces de hacer-aunque esto no debiera suceder nunca si existiera igualdad- pero es necesario que ahora logremos equiparar salarios, trato, posibilidades. Necesitamos que el color rosado y celeste se combinen, que dejen de tener pertenencia de sexos. Necesitamos que se piense en el SER humano. Necesitamos empatía, respeto y sobretodo, igualdad.
Por todo eso, este 8 de marzo, las mujeres GRITAN su día. No celebramos, recordamos y pedimos: SER MUJERES LIBRES y CON IGUALDAD de OPORTUNIDADES, pues está visto que el «sexo débil»… nunca existió