(Espacio comercial)“Hay muchas maneras de hacer terapia o tener un hobbie, el mío comenzó como un cable a tierra más bien de asentamiento”, dijo María de los Ángeles Ramírez (43) quien es de Santo Tomé (Corrientes) pero que hace diez años vive en Oberá, junto a su familia y es la hacedora de los productos que ofrece Noni: bijouterie, blanquería, adornos en crochet, souvenirs.
“Era la séptima mudanza que, por motivos laborales, encarábamos con mi marido. Fueron diez casas en ocho años aproximadamente y yo necesitaba un cable a tierra. Primero recién casados y crisis del 2001. Recién recibido mi esposo, contratos cortos. Luego, una empresa que lo movía mucho. Yo con cuarto año de ingeniería agronómica y los mismos de Profesorado de Biología, había abandonado la primera carrera al casarme y la segunda al mudarme”, relató.
A esos hechos, se sumaron los hijos (tres en total). “La familia es maravillosa, pero era frustrante no haber hecho lo que me propuse o trabajar en lo que había estudiado. Yo lo veía trabajar a mi marido y me sentía mal sin aportar lo que podía hacer”, contó María de los Ángeles. Inmediatamente, sin embargo agregó “evidentemente la ingeniería y la biología no eran lo mío, porque hoy amo lo que hago”.
La “terapia-hobbie” comenzó con la bijouterie. “Para jugar un poco”, dijo la propietaria del emprendimiento. “Fui a comprar las pinzas para una tía mayor que quería probar su uso. Hice collares y aros y los regalé. Un día me pidieron uno para regalar y lo cobré. Y después, una amiga con boutique me hizo pedidos”, recordó.
El siguiente paso fue con hilos y pompones. “Ahí lo textil me apasionó. Ya pensé en paletas de colores. Luego vino la feria a la que asistí como invitada. Conocí pares que hacían cosas similares y eso potenció ideas. Muchos diseñadores había y ahí comencé a personalizar mis productos. Un nombre. Etiquetas de tela caseras hechas con transfer, luego impresas”, dijo.
La marca Noni Accesorios siguió creciendo. “Surgieron líneas para distintas ocasiones. Me invitaron a desfiles para mostrar la bijou, posteriormente desfile con reinas de la Fiesta del Inmigrante. Me interesó la temática de inmigrantes y asi, más ferias, más ideas. Ahora estoy registrando la marca”, explicó.
Las ideas van y vienen porque María de los Ángeles es así: inquieta y apasionada. “Mi madre era modista y mi tía, experta en crochet…pero yo no era buena alumna. Sabía tejer, pero no coser. Agarré la máquina de coser hace seis años y aprendí por tozudez. Soy detallista, entonces me esfuerzo mucho en cada pieza”, definió.
Emprendedora y empresaria
“Yo me siento emprendedora”, dijo María de los Ángeles, aunque desde hace un tiempo integra la Cámara de Mujeres Empresarias, un hecho que le permitió adquirir experiencia y socializar. Al mismo tiempo, está abocada a la tarea de registrar su marca para las muñecas inmigrantes que realiza. “Se le está dando mucha importancia al emprendedor”, afirmó, la artesana que dio pasos importantes para ser también emprendedora y que ahora, apuesta y sueña en convertirse en una empresaria.
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Un hobby convertido en empresa
