• 19/04/2024 23:39

Gentile: “El neoliberalismo es incompatible con la universidad pública”

“La universidad le ha dado mucha jerarquía a la Provincia con los recursos humanos que genera”, afirmó el arquitecto Roque Rodolfo Gentile, quien permaneció casi cuatro décadas en la Facultad de Arte y Diseño (FayD), dictando clases y ejerciendo como decano en dos etapas. En un nuevo aniversario de la UNaM, Gentile brinda una mirada crítica sobre los avances y desafíos de la Universidad Pública en la región.

¿Cómo fue su acercamiento y trayectoria en la UNaM?

En el año 1977 el entonces Director del Instituto Superior en Disciplinas Estéticas Alberto Musso (antes de ser facultad) que se creó sobre la antigua Escuela de Cerámica fundada por Arturo Gastaldo, me invita a dar clases. Le respondí que sí porque tenía experiencia en La Plata. Una parte del Instituto funcionaba en el viejo edificio que hoy es el Correo Argentino, donde todos, tanto estudiantes como docentes, pusimos mucho esfuerzo para que siga creciendo.

Al poco tiempo nos mudamos a otro edificio, un galpón por calle French donde cada vez que llovía se inundaba el patio y teníamos que saltar de un lado a otro, la verdad que la pasamos muy bien era muy divertido. A partir de ahí la arquitecta Vázquez y con la coordinación académica de la Dra. Teresa Morchio de Passalacqua se dio la posibilidad de conseguir el terreno donde hoy funciona actualmente la facultad.

Con el advenimiento de la democracia me tocó ser decano normalizador y se iniciaron los procesos de concursos docentes, luego por razones personales tuve que interrumpir mi actividad y se hizo cargo la Dra. Betty Ibáñez.

Continué como docente hasta que en 2002 nos presentamos a elecciones junto al Lic. Hugo Passalacqua y nos fue muy bien. Estuve en la gestión como decano hasta el 2006 y nuestro objetivo siempre fue poner como centro de todo a los estudiantes, así que realizamos varias mejoras en materia de bienestar estudiantil.

Participé en la construcción de la carrera de Diseño Industrial junto a María Sánchez que luego se puso en funcionamiento en la gestión del profesor Gastaldo. Esta carrera fue muy importante para nuestra facultad por la calidad de la currícula.

Después, como hay un tiempo para todas las cosas, y con casi 40 años ininterrumpidos en la institución, porque más allá de tener mis actividades en la Provincia como Diputado, nunca dejé de dar clases, reduje mi carga horaria, cumplía mis actividades y los sábados venía a clases. Eso realmente me hizo muy bien porque nunca perdí como se dice el timing de lo que es la facultad, la universidad, para eso hay que estar adentro porque de afuera no se entiende.

El día que me llega la resolución de Consejo Superior anunciándome que se terminaba mi actividad fue muy particular, ese refrán “esto también pasará” se cumplió inexorablemente. Firmé y me fui caminando hasta mi casa recordando todo lo que había transitado, los cambios de edificios, las visitas que recibimos, los eventos que organizamos, fue una cosa tremenda todo lo que viví. Me retiré, pero de alguna manera u otra sigo vinculado a la facultad, “es mi lugar en el mundo”, en distintas actividades y también el año pasado colaboré junto a otros profesionales en el armado del plan de estudios de la carrera de arquitectura. Además, tenemos varios proyectos con la facultad para seguir trabajando.

¿Cuál es su balance y reflexión en estos 46º aniversario de la UNaM?

Viví mucho dentro de la Universidad, desde que Rectorado funcionaba en el centro de Posadas hasta el paso al Campus. Cuando vuelve la democracia, el rector Ing. Linares, personalmente llevó adelante los trámites en Buenos Aires para que el entonces Instituto se convierta en Facultad. Vivo en la Provincia de Misiones hace más de 42 años, a mi criterio, con respeto a las demás instituciones, la Universidad Nacional de Misiones es la institución que más espectacularmente creció en estos años.

El crecimiento de la Universidad con el fortalecimiento de las facultades, me pareció y me parece hasta el día de hoy algo impresionante, al punto tal que creo que en algún momento a la Universidad hay que considerarla como generadora de materia gris, antes era la yerba o el té, hoy cambió eso, y la universidad toda se ha constituido en forjadora, impulsora y creadora de materia gris, que como siempre digo: el conocimiento y la información siempre fueron bienes preciados, pero hoy más que nunca, es lo que iguala y lo que nunca nadie te puede sacar o arrebatar. La universidad le ha dado mucha jerarquía a la provincia con los recursos humanos que genera.

¿Cuál es la importancia de defender hoy la educación pública y gratuita como un derecho?

Conocí los dos lados del mostrador, inicié estudiando en la educación pública pero como tenía clases mañana y tarde y necesitaba trabajar medio día, terminé mis estudios en la privada ya que me permitía hacer las dos cosas. Luego hice toda mi carrera en la Universidad Pública. ¿Qué me enseñó la Universidad Pública? Que no hay distinción de nada, que en el aula somos todos iguales. Es un derecho que tiene el ciudadano de estudiar y que la República le debe garantizar. La universidad pública, sobre todo en un país como el nuestro, es la masa que motoriza el conocimiento. El conocimiento da posibilidad a la creatividad a la imaginación y eso se traduce en productividad y a su vez se traduce en Bienestar. Hoy la productividad / la producción ha caído de una manera escandalosa y les han quitado apoyo a las universidades.

A la universidad pública es fundamental que se la considere como baluarte en el desarrollo de cualquier comunidad. Tuve alumnos de muchas provincias, de otros países y no podían creer lo que era la universidad, la gratuidad de la misma, pero hay que decir que, si bien es gratis para los que estudian, los fondos provienen de los impuestos que los trabajadores aportan y que vuelven a la comunidad en educación.

El éxito de muchos pasajes de la historia del país se dio gracias a la Universidad Pública. No hay que dejar que nos hagan creer que el pobre nunca puede estudiar, eso es mentira. Sin educación pública este país no tendría destino, por eso hay que hacer un esfuerzo total y no aflojar para que se sigan creando más universidades, más facultades, más instituciones, que los posgrados estén al alcance de los profesionales para que puedan continuar con su formación. Espero que la situación del país permita fortalecer la enseñanza pública y que esto no se pierda porque la deserción va a empezar a notarse por cuestiones ajenas a la universidad, la gente no tiene para viajar, no tiene para comer, entonces hay cuestiones que nos exceden. El neoliberalismo es incompatible con la Universidad Pública, si no hay gobiernos populares, progresistas, es muy difícil que no haya palos en la rueda para la educación pública. Yo pasé todas las épocas: Perón, la caída de Illía, Alfonsín, la vergonzosa caída de De la Rúa, la época de Menem, y toda la época de la Dictadura donde mi hermana próxima a recibirse de Licenciada en Física en La Plata le tocó ser víctima de la Dictadura, una defensora a ultranza de la Universidad Pública y ahí vimos realmente que los gobiernos neoliberales fueron, son y serán incompatibles siempre con la enseñanza pública, con la Universidad Pública… Siempre, no hay que dar muchas vueltas.

Autora: Claudia Procopio

Área de comunicación – Secretaría Extensión FAyD