Desde épocas milenarias la humanidad recurrió a las hierbas en busca de paliativos para distintos tipos de malestares y más allá de los avances tecnológicos y de las ciencias farmacológicas, hoy en día se siguen utilizando, con el agravante de que se conocen aún más las propiedades de las diversas plantas medicinales que se usan habitualmente.
Estudios realizados por científicos del CONICET, revelaron que en nuestra provincia existen más de 500 especies de hierbas utilizadas por sus pobladores para tratar diferentes dolencias. En un análisis más exhaustivo se discriminaron 54 especies de uso cotidiano entre las que se destacan la Cangorosa, el Llantén, la Salvia, la Manzanilla, la Carqueja, la Lavanda, la Pasionaria y el Ambay.
En los tiempos que corren con bajas temperaturas, el Ambay y la Cangorosa ofrecen alivio contra catarros, bronquitis y expectoración como así también las inhalaciones del hervor de las hojas de eucalipto. El llantén también se usa para vías respiratorias y a la vez para afecciones del hígado. Por su parte, la Manzanilla y la Carqueja son altamente recomendables para el tracto digestivo por sus propiedades desinflamantes y desintoxicantes. Si lo que se busca es relajación anti estrés, las hierbas indicadas son la Manzanilla, la Pasionaria y la Lavanda por sus cualidades que afectan directamente al sistema nervioso, brindándole un efecto sedativo natural que combate la ansiedad.
La medicina y la farmacología no se alejan en mayor medida de lo que provee la naturaleza, ya que muchos de los compuestos que se encuentran en los medicamentos industriales cuentan con una base en la herboristería.
Por lo general sus usos no contienen contraindicaciones, pero se debe tener cuidado en las cantidades que se ingieren, porque pueden ocasionar reacciones adversas, que si bien no son tóxicas, pueden provocar malestares.