• 06/07/2024 19:01

Hasta cuándo

Jun 6, 2024

Hasta cuándo nos van a decir lo que tenemos que hacer.

Hasta cuándo vamos a ceder el poder a los demás.

Hasta cuándo vamos a resistir por miedo a movernos.

Hasta cuando seguiremos resolviendo las cosas de la misma manera.

Hasta cuándo vamos a evadir las responsabilidades.

Ser adultos implica tomar decisiones, correr riesgos, saber defender nuestras ideas sin agredir a otros, hacernos responsables de nuestros roles o funciones dentro de los lugares de esta sociedad, que vamos construyendo juntos día a día. Lo que hacemos y pensamos impacta en TODOS. Me creas o no.

Ayer me encontré con un ex alumno, hoy tiene 30 años, una familia hermosa, con tres hijos y su Sra. Conversando con el me quedé con esta idea de ¿“hasta cuándo vamos a ceder el poder a otros”? Me contaba que cuando iba al colegio, eso sí podía porque su papá lo obligaba a ir a tarefear, le encantaba estudiar, se creía capas y me decía: “yo tenía inteligencia para ir a la escuela”. Aun sabiendo que lo iban a castigar cuando volvía a su casa, él estaba felíz de haber ido a la escuela ese día.

Me contaba lo diferente que se comporta hoy con sus hijos y cómo resuelve las diferencias con su esposa. Se tuvo que ir de su casa a los 15 años porque no quería vivir esa vida que le obligaba su padre. Y Ud. ya sabe me dijo, mi mamá se tenía que callar, porque las mujeres no podían opinar. Hoy lo veo felíz, todo gracias a un patrón, que, por lo que pude percibir de fondo lo aprecia y quiere mucho. Le enseñó un oficio, como así también estas cuestiones de la vida que las aplica con su familia.

Lo vi contento, motivado, con ganas de superarse, un hombre hecho y derecho como decimos acá en Misiones, contento de llevar el pan a su mesa de manera honrada. Sobre todo, siendo una persona donde primero se la reconoce como tal y luego desempeñando un rol. 

Trabajo para eso. Que mis estudiantes puedan elegir sus vidas, que puedan encontrar ese lugar donde se sienten plenos y capaces de superar los obstáculos que a veces la vida nos pone de manera caprichosa.

¿Cuántas veces hicimos caso o dimos más valor a lo que decían de nosotros? ¿cuántas veces resignamos nuestros deseos por no discutir o miedo a defenderlos?

Somos víctimas de víctimas. La historia se repite en cada sociedad, en cada familia, en cada corazón. Ya les dije que me canse de sufrir. Elijo mirar y dar significado a esos dolores que recién ahora los puedo mirar de frente, vaya a saber por qué. De tantas cosas que hago para mi bienestar, no sé cuáles surten mejores resultados, creo que es la suma de todo. Pero lo más importante es que comencé a creer y confiar en que merezco ser felíz, que hay un DIOS que me sostiene, guía y acompaña y que cada día me ocupo de mí. Me escucho, pienso y siento. A veces sé que hacer. Otras tantas solo lloro, acepto mi responsabilidad y pido inspiración para ver las cosas de otra manera.

Es que caló tan hondo el dolor, que en ocasiones me paraliza. Recién ahora puedo ver todo el daño que me hice con la manera en que pensaba e interpretaba las situaciones en mi vida y ahora puedo responsabilizarme de mí y vivir a mi manera. Con aciertos y errores, pero mía, con mis decisiones y no con los deseos ajenos.

Hoy hablando con un alumno, me dijo que él es desconfiado. Esa cancioncita también la conozco muy bien. ¿de dónde crees que viene eso? Te pregunto, ¿Desde cuándo estás dando de vos sin recibir un reconocimiento? ¿Desde cuándo hacés lo correcto para los demás y no te revelas? ¿Hace cuánto que te quitaron tu inocencia y te volviste más duro/a? ¿Hace cuánto que te cerrarte a dar y por lo tanto a no recibir Amor? ¿Por qué crees que sucede esto? ¿Por qué nos volvemos tan desconfiados e inseguros?

Creo que la mayoría de los que somos adultos hoy en día, no tuvimos la mirada y contención de papá y mamá. Nadie validó nuestras emociones y lo que queríamos hacer. Nos obligaban a hacer cosas “porque sí, porque lo digo yo” y en nuestra mente nos fuimos creando esa idea de lo que sentimos y necesitamos no es importante, no importa.

Entonces, estamos dolidos. Reprimimos ese dolor odio-miedo y lo descargamos en las personas que más queremos y están a nuestro lado. Es cíclico, todo vuelve situación, reacciono con enojo, me da culpa, me callo o exploto. Situación, reacciono con enojo, me callo o exploto, etc.

Le pregunté a éste alumno cómo era su infancia y me dijo que se volvió así porque la gente le tomaba el pelo, se aprovechaba de el por ser bueno y creían que era pavo y no se daba cuenta de las cosas.

Nos vamos cerrando por no tener recursos emocionales y poder enfrentar esas situaciones. Por no saber cómo decir, a veces ni siquiera podemos detectarlo de tan reprimido que lo tenemos.

Hay que buscar el equilibrio, no tan bueno ni tan jodidos. Creo que ese es nuestro desafío hoy en día. Como se dice ningún extremo es bueno.

Estos días cuando hice un vivo en Instagram para explicar lo de mi taller, me aparece un mensaje de esta red social que decía “su reel dura más de 90”, para que su reel tenga más alcance debe durar entre 30” o 60”… y me puse a pensar, en la cantidad de personas que se dejan llevar por este tipo de mensajes. De una red social!!! Que mierda sabe “la red” de mi mensaje, ¿le importa mi mensaje? Noooooooo, solo soy un número más!!!! Y me van a disculpar, pero en lo que resta de mi vida lo voy a hacer a mí manera, a mis tiempos y sobre todo con corazón. 

El tema que abordo y la manera en que quiero hacerlo es desde el respeto, primero a mí y a mí sentir y segundo que le llegue a quien le tenga que llegar o resuene con lo que comparto. Esto no es marketing señores de Instagram, es la vida. Detrás de sus números hay personas que buscan respuestas para aliviar sus dolores, buscan superarse, aprender, sumar ideas constructivas y positivas para éste mundo y hay muchos emprendedores como yo, que ponen mucha energía en lo que hacen y solo por eso, merecen el reconocimiento y respeto. Por atreverse a ser quienes quieren ser y no seguir al montón. 

¿Hasta qué punto vamos a dejar que nos invadan? ¿Qué decidan por nosotros?

Y ¿sabés qué emoción es la que nos ayuda a poner límites? El enojo. Si, el mismito enojo. Ese que tanta mala fama tiene, ese que todo el mundo dice “me re calienta” pero me callo; “me re molesta” pero me aguanto. Estamos en el extremo negativo del enojo, hay que buscar el lado positivo porque también lo tiene.

 Es hora de hacernos responsables de nuestro sentir y eso no quiere decir que, por estar enojada en algún momento con alguien, lo estaré para siempre. La emoción dura segundos y nos tenemos que permitir por lo menos sentirla y reconocer que la estamos sintiendo, tan simple como eso. 

Nadie ME hace enojar, nadie ME hace a propósito algo. Esta es una de las ideas más retadoras que tuve para comprender en mi proceso de conocerme. Para mí las demás personas estaban ensañadas conmigo. Cuando comencé a poner luz en esas heridas y dolores del pasado, fui entendiendo porque viví lo que viví. 

No podemos cambiar el pasado, pero si resignificarlo. Dar valor a lo vivido y buscar otras ópticas para verlo y poder construir el futuro. 

Quedan pocos días para el 14 de junio donde vuelvo a hacer el curso- taller en Oberá, “Emociones y la meditación”. ¿Te sumas?

“El mundo no se cambia con actos ni con palabras ni con hechos. El mundo se cambia con nuestro estado de Ser, que viene de una ampliación de nuestra conciencia”. Enric Corbera “Yo soy tú”, pág 24

Si crees que mis notas y contenido te ayudan a conocerte más y saber de tus emociones, podes colaborar haciendo tu aporte a través de Mercado pago Alias: Sentir.ok.mp. Gracias por acompañarme a seguir compartiendo mi sentir. 

PD: Si te gusta trabajar estos y otros temas en relación a las habilidades socio-emocionales o si tenés un emprendimiento o empresa sobre salud y bienestar y querés dar a conocer tu servicio en este espacio digital para acompañarme, comunícate por MP a mi Instagram @Sentir._ok

Paula Vera

Docente-Coach

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