• 23/11/2024 20:35

Hay niños que no tienen qué comer. Es el hambre que duele. Todos podemos ayudar

La Lic. Vanesa Valeria Gershanik, Directora del COF, Centro de Orientación Familiar de la Asociación Civil de la Iglesia Bautista de las Américas de Oberá, espacio abierto a la comunidad, hizo hincapié en la necesidad de asistir a quienes más lo necesitan. La propuesta de la profesional es que cada vecino tome acciones, dentro del aislamiento social preventivo y obligatorio, de ayuda a quienes a su alrededor están pasando más porque no tienen qué comer, especialmente los niños.

«Hay niños que no tienen qué comer, es el hambre que no espera, es el hambre que duele. Estamos proponiendo ser un brazo extendido. Estamos en este lugar ayudando a quienes están alrededor, pero queremos llegar a más personas entre todos, como sociedad solidaria» manifestó la profesional. «Hay pequeños actos que podemos hacer, abrir nuestro corazón al otro, ver las necesidades y hacer algo».

Reflexión: Coronavirus y el hambre que duele

Si bien no es novedad que en nuestro país existe una pirámide de desigualdad en todos los aspectos de la vida. Siempre es mucho para algunos y poco, o casi nada para el resto. Hoy quiero detener mis pensamientos en los más vulnerables,aquellos que desde el inicio de sus vidas les cuesta llegar a satisfacer sus necesidades básicas. Hoy, esos vulnerables se han duplicado. Pero aquellos que más ruido provocan en mi mente, son los niños. Aquellos que no saben de Coronavirus. No saben porque razón papá o mamá no pueden proveer algo para calmar ese dolorcito en el estómago. No saben tampoco porque sufren el desinterés de los adultos, sumado a la ignorancia de una sociedad que poco los tienen en cuenta, ¿Será porque no producen? Pienso en aquellos niños que en cuarentena tienen que seguir soportando y estando con un padre o padrastro violento y abusivo, sin pedir o poder hecer un grito de socorro, lejos de las maestras que están atentas a los horrores que viven hoy nuestros niños. ¿Qué podemos hacer vos y yo? ante esta realidad cruda, violenta y sin esperanza para muchos…

La idea es que dejes de mirar solo tu pequeño mundo y puedas comenzar a tener una mirada más elevada, más altruista. No pienses que el presidente, la municipalidad o la iglesia tienen que hacer algo, si bien hay muchas organizaciones dispuestasque están trabajando, brindando ayuda desinteresada hacia el prójimo. Vospodés decidir también ser el protagonista de la historia de alguien.

Lo sé, seria infantil pensar que vamos a poder cambiar el mundo o la cuidad, pero nada es tan cierto como aquella frase que decía Teresa de Calcuta “A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar; pero el mar sería menos si le faltara una gota». Por pequeño que sea nuestro aporte, todo suma a la hora de ayudar a otro. Por último, desde tu lugar, tu profesión, tu oficio.  Podés donar unas horas a aquellos que más necesitan. Hay familias enteras que necesitan de vos.

“No te niegues a hacer un favor, siempre que puedas hacerlo. Nunca digas, te ayudaré mañana, cuando puedas ayudar hoy” Proverbios 3:27.

Contacto con la Licenciada Gershanik: 3755-310815