En el barrio San Miguel de Oberá, funciona la Escuela para Jóvenes y Adultos n°53 dependiente del Consejo General de Educación que cuenta entre su oferta pedagógica con un Taller de Cocina y Repostería que se dicta a lo largo de dos años y ofrece títulos oficiales.
Sus alumnos recibieron los contenidos teóricos vinculados a la confección de huevos de pascua – muy solicitados en esta época – y luego de ello, pasaron a la práctica y pusieron manos a la obra. Mirta Rodríguez, la «Profe Mirta» como la llaman sus alumnos, cuenta que tiene más de 25 inscriptos que concurren activamente a las clases semanales que se imparten los días lunes, martes y jueves cuando empieza a caer el sol, ya cerca de las 18 horas.
Para el desarrollo del taller se hace uso de la infraestructura de la institución que les brinda una cocina equipada y demás utensilios, junto con todo el material didáctico y el desarrollo de los contenidos esenciales para ese fin. Además de esto, los alumnos son los que traen los insumos específicos para cada preparación, ellos se organizan y muchas veces comparten los gastos en ese sentido y en estas fechas, el chocolate, el azúcar y las golosinas fueron los invitados que no podían faltar.
Luego de una fase de trabajo áulico con carpetas y cuadernos, se pasa a la cocina, siempre atendiendo la higiene y la manipulación de los elementos que se usan habitualmente, teniendo este aspecto también como un eje importante de la formación. De esta manera y con mucha alegría las alumnas muestran orgullosas los frutos del trabajo de semanas enteras y más de una piensa en la producción doméstica para paliar la difícil situación que se vive.
Por su parte, el taller se esfuerza por brindar un oficio acreditado, que permita a sus asistentes competir en el campo laboral para lograr así, mejoras sustanciales en la calidad de vida de sus participantes, que es un principio básico de la educación de los adultos.
(Fotos y texto: Jose Luis Martínez)