Mujeres en tiempos difíciles, mujeres que llevan adelante la durísima y casi solitaria tarea de establecer los cambios de concepción, tan fuertemente arraigados en nuestra cultura.
Viven, luchan, padecen y a la vez, celebran la vida en cada espacio que resignifican, en cada espacio que de por sí, les pertenecía, pero que debieron luchar por obtener.
Es tan absoluto el manto cultural, que la lengua misma fue estructurada dejándolas de lado. Es lingüísticamente correcto decir “el hombre llegó a la luna…” y a nadie se le ocurriría la irreverencia, ni siquiera de pensar en decir: la mujer llegó a la luna.
Sería tomado como una ofensa.
Estuvieron a lo largo de la historia motorizando los cambios y a veces, da la impresión de que el común de los hombres y sus férreos paradigmas, fueron arrastrados por ese ímpetu incansable que ocupó los espacios relegados con justicia y actitud generando en ellos resistencias absurdas.
Fueron las locas, fueron las brujas, fueron las que siempre hicieron algo para merecer el destrato y la deshonra, fueron juzgadas con crueldad y dejadas de lado como si fueran víctimas de una condición y lo más cruel es que esas actitudes y valoraciones fueron naturalizadas por gran parte de la sociedad.
Suena ilógico en el tercer milenio que aún existan mujeres que perciben menos ingresos que los hombres por realizar las mismas tareas, como si ese desempeño fuera una invasión y por ello, ocupan ese espacio, pero no cobran lo mismo.
Indudablemente “el cambio” vendría de la mano de ellas y a decir verdad-no debería ser un cambio lo que a todas luces es- asumir el reconocimiento que siempre debieron tener porque los roles y la valentía, siempre los tuvieron.
En este momento de la historia, en nuestro país específicamente, las cifras de los ataques que padecen, son alarmantes, crudas e insanas y quizás estén mostrando con horror, el costo que tiene para el género, salir de tantos años de oscuridad. Como si tuvieran la obligación de “parir “la igualdad y la equidad que siempre debieron tener, pareciera que se les cobrara un peaje atroz por cada conquista.
La especie entera, está en deuda con las mujeres.
Feliz día mujer, feliz día mujeres, hoy, mañana y cada día que amanecen portando ideales y esperanzas.