• 25/04/2024 19:44

Múltiples Existencias: No me interesa tu realidad. (De Aníbal De Grecia)


Te veo sentado en ese rincón, parecés un loco, nombrás a personas que no conozco y querés que hable de ellas o con ellas. Es tu vida; si perdiste una oportunidad no me culpes, no puedo saber lo que hacés si no me lo contás todo.
Pero no quiero, no quiero saber, me volvés loco…
No estoy loco, vos existís, lo sé pero no me jodas, andá a existir a donde pertenecés, acá tengo mi mundo. Ayer te crucé en la calma, no sé si me viste. Con tus ojos a destiempo, buscando algo donde yo no busco, entonces me di cuenta que no sos yo, porque no me gusta complicar las cosas, no hurgo los momentos preciosos, tengo miedo de encontrar sus miserias.
Yo tengo paciencia por no pensar, vos en cambio meditas las cosas con tanta serenidad que cuando tenés que reaccionar ya pasaron, o ya no importan. No sé si es paciencia lo nuestro, de alguna forma es evasión.
¡Sí, sí! Vos tenés tu manera de romper las banderas, las barreras, las cadenas; de algún modo vas al choque y me gusta eso, yo en cambio voy rompiendo la eternidad despacito, descalzo, sigiloso como un gato, solo ataco cuando me abruman.
Tengo algunas inquietudes; ¿Cómo me encontraste? ¿Te acordás de cuando era chico? ¿Por qué no me dijiste que estabas ahí? ¿Por qué estás vos acá y no yo del otro lado?
Si hubiésemos nacido en uno, no romperíamos las pelotas con estas complicaciones
¿O de esa manera nos… me volvería o te volverías loco? Porque así como estoy la tengo clara, al menos hasta que empiezo a dudar, sé muy bien para donde voy y lo que quiero, vos no o yo no… ¿nosotros?
Me gusta mi vida, la felicidad no me importa, no sé lo que significa esa palabra pero me remite a comodidad, banalidad, a ceguera a silencio.
¿Dónde está el lugar en el que la velocidad es un caracol con un bisturí de baba?
Quiero estar ahí, donde mis pensamientos tienen la cadencia adecuada, te llevaría conmigo para que sientas el vértigo de la pachorra, te heriría para que no puedas correr, después cebaría un tereré de cocú para refrescar el olvido de ese mundo ficticio que nos ahoga.
Pero pienso en herirte y me duele tu cuerpo, todavía me mirás con esos ojos perdidos pero profundos. Me lastima, no puedo dejarte ahí, no quiero dormir con este desgarro de mi carne.
Perdón. Sé que no soy vos pero a veces dudo. Estoy cansado y desde que entré a casa no dejás de hablar.
Tengo un casco como un plafón que delimita las sombras y mi cabeza es una luz que se apaga.