Seré papel.
El recuerdo de una mirada.
Dedicaré mis ojos al mundo
para dejar un hálito
para nostalgiar con abrazos sutiles
con lágrimas como templo de otoño.
Dejaré de crecer donde hay ruido.

Entonces
pedacitos de mí sonreirán a los que amé cuando caminen,
cuando duerman o cuando miren las formas cotidianas.
Un poema es una oración eterna y no hay remedio.