(Opinión)La pobreza estructural de 29 barrios de nuestra ciudad es una cuestión de derechos vulnerados.
Oberá es la segunda ciudad más importante de Misiones por su cantidad de habitantes, llena de una rica historia comunitaria, con un creciente desarrollo económico, demográfico, social y político. Sin embargo, es una ciudad donde la desigualdad continúa estando presente, donde no todas las personas tienen los mismos derechos ni acceden a las mismas oportunidades.
Allá por el 2015, desde TECHO realizamos el Relevamiento de Asentamientos Informales (RAI) en todos los lugares donde trabajamos. En aquel momento, los datos relevados en la ciudad de Oberá, eran alarmantes: de un total de 1913 familias relevadas, un 66,6% dependía de una conexión irregular o de un camión cisterna para tener agua potable. Sólo un 3,7% tenía acceso a un desagüe cloacal con cámara séptica y el resto, un 96,3%, usaba una letrina a pozo negro. Más del 60% dependía de una conexión irregular a la luz eléctrica, con todos los riesgos que ello implica para la seguridad de las familias. Las estadísticas del Registro Nacional de Barrios Populares (Relevamiento llevado a cabo en 2016 entre distintas organizaciones y el Estado), confirmaron y ampliaron los datos del RAI, mostrando que actualmente hay un total de 29 asentamientos informales en Oberá, que agrupan a más de 2100 familias en situación de pobreza.
La situación requiere soluciones urgentes ya que la mayoría de las familias no accede a una vivienda digna ni a la titularidad de la tierra, con lo cual, es muy difícil acceder a los servicios básicos de manera regular. Incluso tienen dificultades para acceder al sistema de salud o seguridad, porque debido a las pésimas condiciones de las calles, las ambulancias, las patrullas, los recolectores de residuos o los colectivos, prácticamente no ingresan a los asentamientos. De lo que estamos hablando al mencionar estas carencias no es de un reclamo de privilegios, recompensas, o “regalos” como se suele pensar. Todo lo contrario, estamos declarando que hay derechos y oportunidades, que el Estado debe garantizar para todo el conjunto social, sin distinción alguna.
Desde TECHO estamos convencidos de que la pobreza es resultado de la vulneración de derechos humanos fundamentales. Consideramos que para salir de la pobreza no basta con un esfuerzo personal y trabajo duro, sino que es necesario tener acceso a oportunidades reales de desarrollo. Una vivienda digna, el acceso a la titularidad de la tierra, un ambiente sano, servicios públicos básicos, acceso a la salud y la educación, son derechos fundamentales para poder superar la pobreza estructural que todavía existe en una ciudad tan importante como la nuestra.
Por un lado buscamos incidir en políticas públicas, para pensar en soluciones más complejas y a largo plazo (Como la Ley de Integración Socio Urbana y Regularización Dominial, recientemente aprobada en el Senado). Mientras que por otro lado abordamos la emergencia barrial, como son los servicios básicos, la concreción de proyectos de infraestructura, o la construcción de viviendas de emergencia.
Por eso, en conjunto con jóvenes voluntarios y los habitantes de los cuatro barrios donde trabajamos (Caballeriza, Villa Christen, San José y el Nuevo Km Cero) hace cinco años que decidimos construir oportunidades. Y por ello, el fin de semana del 9 al 11 de noviembre vamos a estar nuevamente construyendo viviendas de emergencias en los barrios de Villa Christen, San José y el Nuevo Km Cero, codo a codo con 16 familias. Invitamos a todos los sectores interesados a sumarse y aportar a esta causa.
Escrito por: Cabral José Adriano, Coordinador del Área de Comunicaciones, Sede TECHO Oberá.