Es interesante la siguiente frase “Tal y como entendió Foucault, la filosofía de Deleuze es una introducción a la vida no fascista, contra toda política que “nos hace amar al poder, desear aquello mismo que nos domina y nos explota”; en pag.12 por Diego Sztulwark acerca de Deleuze, -ser aquello que nos domina-, ¿pero solo fascismo?
El sistema representativo, posee en su fin subliminal algo “disimulado” y es el fascismo, porque al ponderar la necesidad en el sistema democrático, la presencia central del representante, entonces, Milei es explicado desde el -fascismo- cuyas prerrogativas es “ser” como ese que -explota y domina-. Veamos, no se trata que Milei sea fascista, por intentar parecerse a Trump, en el país que todo lo domina y todo lo explota, sino que el sistema es fascista por posicionar a la representación como un estado de igualdad respecto al representado, sin embargo, no es el político quien se quiere “parecer” a quien representa, sino tras la propaganda y su hincapié en deseos, fantasías, expectativas, el representado se identifique con ese político y lo vote, es “falso” ponderar la igualdad, porque solo en la desigualdad el fascista desea ser aquello que lo domina, en otras palabras, a mayor desigualdad mayor fascismo, por lo tanto la “desigualdad” será buscada y mantenida como –tactica- de voto e identidad.
Si los políticos argentinos, funcionarios y fuerzas armadas -tuvieron y tienen- por eje al país del norte, y desde un poder local lograr el trampolín para servir a los intereses de E.U. esto se lo puede mirar desde dos lados, uno, implique hacerlo bajo la condición de cipayo y dos, hacerlo para -ser aquello- que sojuzga o la condición presente del fascismo., entonces “¿Se puede desear el fascismo?”, se preguntan Deleuze y Guattari en El Anti-Edipo. Podemos desear contra nuestro interés….” (1)
¿Conclusión?, si se ha votado a quien preside y este, subió alentando una promesa de destrucción, la “casta”, un maestro total, bueno, y a la presente destrucción en todos los órdenes, aun, posea imagen alta, intendentes de otro partido pasarse a L.L.A., con otro senador a sus filas, acuerdos con dialoguistas etc. no puedan quedar “dudas” acerca de la condición fascista en este país., ahora, si Hegel tiene razón y la –antítesis- está en la “propia” tesis, la potsverdad, la mentira, los relatos de la presente gestión, en latencia estén perimidos, ahora, ¿el problema? la batalla cultural por desalojar el fascismo en este país, debe ¡comenzar!, pero no fuera de usted, ¿entiende?……. ¡fascista!
Juan Oviedo
