En la concepción “andina”, cuando se reiteran ciclos, cuya significación es una relación de equilibrio en todo lo existente como -material y espiritual-, pero cuando ese equilibrio es “amenazado” también se amenace al equilibrio “cosmo-espiritual” y al mundo como tal, por el cual debe “advenir” un cambio ¡abrupto!, una suerte de re-volución cósmica que sea disruptiva y no continua, es decir, provocar otro “tipo” de ciclicidad e impacto directo en el plano mundano.
Momento del “emerger” en la concepción andina lo concebido como “pachakuti”, entendido como un ¡mal! o -último remedio-, y si le damos un contexto y un sentido político como económico en la República, y si le sumamos los “desastres naturales” del niño, niña, sequias, incendios forestales, guerras ajenas y pandemias global, nos -dice y señala- que el equilibrio de “ayer” como el de hoy, están colapsados y -no hay- remedio por restablecerlo.
Este país sufrió ciclos “democráticos y golpes de estados”, pendularmente, es la historia de gobiernos en este país, ahora, estos ciclos contuvieron ¡dos nombres! relevantes, -peronismo y radicalismo- y sus variantes como el kirchnerismo y cambiemos, alimentados por alianzas también, cambios de gobierno que significaron esperanza, nuevos augurios, otrosrumbos etc. para la población en general, bueno, pero ¡no fue así!, lo que fue acuñando un -contexto- para entender, interpretar, concebir la presencia del presidente Milei y entenderlo como “pachakuti” o en otras palabras, el mal o ultimo remedio.
El ciudadano es un “puente” y posea una responsabilidad, ser vínculo sustancial para mantener ese -ciclo en equilibrio-, el ciudadano cuando vota debe cuidar un orden y con su elección, debe garantizar por mantenerlo, porque por ese voto se intente “curar” en forma simbólica las “heridas” del ciclo pasado y causaron -desequilibrios y desbalances-, entiéndase otros gobiernos pero cuando ese cuidador, ese puentes ha sido ¡dañado! no podrá restablecer orden alguno, esto significa que el equilibrio ya está “roto” de modo irreversible.
¡Cómo ese puente podrá ser pertinente para lo que se espera de él!, ¿si permanentemente fue herido, lo que termino por posicionar la no esperanza, entre narcos e ilegalidad, falsificación y contrabando, con sus clientes políticos, fuerzas de seguridad, funcionarios, poder ejecutivo etc?
Por ello es que políticamente, Milei representa a ese “pachakuti”, es el cambio que debe poner -fin- al ciclo decadente o del equilibrio roto, su método implica su modo disruptivo, discontinuo y explosivo en la sociedad que ha nacido, y su grado de “violencia” y “mal” habrán de sufrirlo aquellos que lo -votaron como los que no lo votaron-, un boomerang cruel ha dado inicio, nacido de actos inhumanos y desalmados durante décadas anteriores, de ¡argentinos contra otros argentinos!, lo que posicionó la ilusión de los -ambos bandos- el “mira lo que me has hecho, mira lo que -me has- causado, mira lo que -te hare y te causare-”, así, no habrá reparación, ni progreso, ni reciprocidad, por ese ayer pisoteador, maltratador, explotador. Es el -ojo por ojo y diente por diente-, lejos de toda falsa justicia ni hipócrita
solidaridad, los vencidos de ayer, son hoy los vencedores, es el signo de los tiempos de “pachakuti”, venganza, desquite, desagravio sin eufemismo alguno reinarán, antes, lo fue en Europa con la inquisición, después, en el país imperialista del macartismo, y hoy, quienes, deciden, gobiernan y disponen en este país, se trata del mal encarnado o de Milei en -clave andina-.
Juan Oviedo