No hay mayor “afrenta” a la dignidad, hablamos de esa realidad –moral- negada como implica negarle a una persona su –capacidad- por torcer, cambiar el designio de un tercero que lo victimiza, así, poco ¡importe! que proteste, llore, movilice o se muestre ante las cámaras mediáticas, pues nada de eso logrará “torcer” el designio de quien lo gobierna, entonces, lo –digno- sinónimo identitario de algo significativo se -trasmute- en una licuación de sentido, pues, ¿cómo se puede permitir que se saque algo que me hace y constituye?, en especial cuando se sostiene que la “dignidad” es aquello –inexpropiable- que hace al
individuo un sujeto resistente, por el cual si “quitas” la dignidad, lograras quitar resistencia, sin embargo, lo digno “es” algo ¡inexpropiable!.
Entonces, si hay un gobierno atentando en contra del común de las personas, entonces, esa dignidad -si o si- se “oponga” a esa razón de Estado y aquí lo que cobra relevancia es la resistencia, ¿cómo resistir desde mi dignidad, el atropello que sufro?, porque hay un salto, de “como” algo interior que implica el ámbito moral de lo digno, se exprese en algo “fuera” de mi conciencia, lo que significa hacer “algo” en ¡concreto!, se trata de una acción, no tanto de un sentir, sino de un –hacer- y ese “es” el problema, no solo decir “no” y rechazar a lo que me vulnera, se trata de una acción y a tales efectos -toma nota.: primero, no llores en público como negocio mediático, no sirve protestar ni movilizar, eso está en demodé, además, nunca sirvió, ¿entiendes a lo que te enfrentas?
A un hecho concreto de “resistencia” sin caer en las viejas tretas y practicas pasadas de aparatos políticos, sindicalistas y grupos sociales, ¿cómo resistir al maldito de turno que otro o mi ignorancia, posiciono?, primero, no volver a votarlo, segundo, hostigamiento a funcionarios y políticos del partido gobernante, tercero, organización institucional paralela, cuarto, no compra de artículos a empresas oligopólicas y por último, adquirir la capacidad para tramitar amparos ante todo tipo de atropellos, se trata de acciones colectivas porque el colectivo sufre las decisiones del Estado., por lo tanto la “rápida” creación de una cadena en todos aquellos afectados, se debe llevar a cabo y traducirlas en -acciones concretas- y esto es
¡sustancial!
Ahora, en el fondo de todo esto nos “muestre” algo, la condición “indigna” del presente gobierno en especial, la cabeza del mismo, lo que nos plantea la siguiente pregunta, ¿acaso lo digno no era inexpropiable?, ojo, no confundir con los ¡indignados!, son aquellos que sienten que atentan en contra de su dignidad, pero este presidente ¿por qué es indigno?, por atentar en contra de lo digno, nadie busca expropiar la dignidad presidencial, sino que él, la pierde al tomar decisiones que van -en contra- de la dignidad de los ciudadanos y si lo digno posee un fuerte componente moral, el presidente al perder su dignidad se convierta en un sujeto inmoral, entonces, la resistencia no puede tardarse mucho más, ¡basta de inmorales! en el Estado, en los gobiernos y en los políticos.
Pero si tomamos las últimas “décadas”, venimos tardando bastante ¿no?, ¡y si!, lo señalado colabore notablemente con la condición de estar en un país bananero,……… pero ¿solo el país?
Juan Oviedo