• 22/09/2024 08:24

Reflexiones entre equívocas y univocas: Entretenimiento (por Juan Oviedo)

Como participante en los juegos bonaerenses en esta ciudad, la misma se dio previa inscripción en el polideportivo y el lugar para competir fue en la localidad de Castelli, partida gestionada por la Casa de los Abuelo de Villa Gesell, lo que me puso en contacto con esa institución y fuente de la siguiente reflexión. La edad, aparte de cuestiones físicas puede traer otras -no tan presente- en el mundo del sujeto antes que ingrese a la 3ra edad, porque con un -tiempo y sentido- centrado en el estar “ocupado” en sus tareas intramundanas, como trabajo, familia, actividades varias, ¡pleno de acciones!, el tiempo se torna aliado para esas personas, pero cuando llega la jubilación y con ella, la familia crecida y las actividades físicas
menguadas, lo que antes -no parecía- tener importancia porque era “su aliado”, ahora, adquiere un tinte significativo distinto: el tiempo es algo que se -vuelve largo- y muestra de forma diferente “su estar en el mundo”.

Porque el tiempo -sobra- y su “hacer mundano” ya no existir como antes, entonces, comienza a devenir una presencia un tanto inquietante, primero, como algo “leve” y distante, después, con una figura más central y, por último, hasta la patencia de algo a la que no se puede “disimular”, porque el sujeto se ABURRE. Se trata del “aburrimiento”, algo no solo en adultos mayores sino en los jóvenes en el secundario, pues en las aulas ¡ellos se aburren!, porque lo que les enseñan “es aburrido”, se trata del aburrimiento situacional escolar, por lo que nos lleva a la pregunta por el aburrir, ¿qué es o significa eso de aburrirse?

Es un “estado de ánimo” con un significado –revelador- acerca del mundo porque muestran el “ser” en el mundo, su estar-en-ese-mundo. así, la ausencia de acontecimientos, estímulos, en el fuero interno de ese ser, provoque tal estado de ánimo, donde “ese” ser se encuentre perdido porque su mismidad no puede hallar o encontrar explicación -de sí- como antes, cuando actuaba y se relacionaba por las tareas intramundanas, ese distanciamiento lo convierte en una entidad olvidada por dejar el mundo de los útiles e indiferente a su presencia por la gente que vive en un mundo atareado, ocupado y apresurado, algo que lo interna en el laberinto de una “falta” de fin o propósito cotidiano, sin grandes obligaciones que cumplir muestra al aburrimiento como un carácter predominante de lo -existencial-.

Entonces, ¿cómo suplirlo?, si el tiempo libre es un padecer por falta de sentido, entonces, es preciso la distracción y así, evitar el aburrimiento, pero toda distracción conduce a un estado de caída por el cual ella sea “enemiga” de una vida seria, dispuesta a luchar y tenga presente a la muerte, estamos ante una forma decadente de la “preocupación” en la que la existencia “se preocupa de proporcionarse” cosas que la “exoneran” de su existir.

Por ello el “entretenimiento” si bien es concebido como algo “positivo” para al sujeto cuando carece de sentido, tal vía -en el fondo- es un escape que posiciona al ser en una -ficción existencial-, ahora, la cuestión señalada es algo ajeno a ciertas instituciones en los diferentes colectivos, por ofrecer en sus servicios “entretenimiento”, tal como encontramos en la tradicional “Casa de los abuelos”, entidad dependiente de la Secretaria de Acción Social de la Municipalidad de Villa Gesell, quien brinda una amplia diversidad de talleres para los -adultos mayores- de esta Ciudad y así, puedan acceder a un abanico de propuestas gratuitas culturales y deportivas.

Lo que nos señala que el aburrimiento como “cáncer” de la existencia, no posee un diagnóstico filosófico que parta de lo “existencial”, y sin mirada filosófica alguna, no se posea un cabal diagnóstico de la condición ontológica que somos e inhabilita a aquellos quienes –toman- decisiones institucionales acerca de esa profunda condición que significa el -ser, el mundo y el tiempo-. Se trata de sujetos funcionales a un sistema político al cual se deben, pero con tal ignorancia de fondo, postulen y lleven a cabo al “entretenimiento” para ocultar sin saber que lo hacen, acerca de lo ¡más importante! del ser humano que debe “poseer” para un -cabal y original- existir: la del sentido, y -te lleva- a la pregunta por tu ayer.


Juan Oviedo