• 24/03/2025 10:08

Reflexiones entre equívocas y univocas: Estamos ganando (por Juan Oviedo)

“Estamos ganando a la violencia”, ya saben quién lo dijo, lo que me hace recordar un chiste en los años 90 y decía, “Usted puede condenar de la forma que quiera a los caníbales, pero hay una forma que no debe hacer ¿cuál es?, ¡comérselos!”, cuyo significado es -no puedes- aplicar el mismo efecto por lo que condenas: la violencia.

La violencia “enceguece”, no permite actuar con cordura sino con brutalidad desmedida, porque no es algo que se pueda controlar, sino que es -al revés-, te controla y por supuesto, von la íntima satisfacción por ejercerla y llevarla a cabo, ¿cómo es eso?, toda tensión provoca irritación por lo tanto, al ejercerse un acto de violencia, se genera una descarga y de ahí, el alivio- de la misma y se entienda como ¡placer!, así, quien te pega, te rocía con gas, te detiene, lo hace por placer, y no por servicio ni por obediencia, sino por placer, y a esos tipos se les dignifique comendándolos como los -buenos azules-.

Pero la violencia y de acuerdo como se la ejerza. también es cobardía, porque estos tipos vienen protegidos con uniformes, portan elementos represivos, mantienen su anonimato, cuentan con armas, son avalados por la ley, y cuando uno de ellos es “visto” con las manos en la maza como el animal que golpeo o le tiro gas a la anciana, inmediatamente se lo oculta, pero no puedan ocultar la miserabilidad de su hecho ni lo que ellos son.

Y usted se pregunta, estos tipos ¿de qué están hechos?, se los voy a dibujar, primero, “disfrutan” por el dolor que provocan, por lo tanto –sádicos- como más, segundo, los motive la competencia sobre sus compañeros, por quien más pega, rocía, detiene, y muestra sus ferocidad como cabal -representante del dolor-, tercero, hipócritas de -sí mismos- por justificar su “saña” como órdenes recibidas y otra, experimentar el placer por hacer lo que les dicen, entonces, ¿qué se puede esperar de sádicos, competitivos y necios de si?, bueno, a esta ontología se les denomina con el término rimbombante de “fuerzas de seguridad” cuando siempre se trata de milicos o el cáncer de la Nación.

Y es preciso señalara una diferencia, entre un chorro y estos malditos, el primero, no cuenta con nada institucional que lo pueda “proteger” si lo agarran en su delinquir y ¡las paga!, lo matan, muere, es condenado, no tiene futuro, mientras, que la miserabilidad uniformada de azul, caqui o negro, a esos “no” ¿y por qué? porque representan la ley, la seguridad, el orden, la obediencia, todos neologismo para tapar lo que -no se puede tapar, estar ante sádicos, torturadores de la voz humana y satisfechos por su ensañar, ¿recuerdan la canción que empezaba “Milico h.d.p. etc. etc. etc.?, o la violencia instalada de la llamada ley, pero no de la justicia, sino por la -estúpida brutalidad- ¡típica! del decir “estamos ganando a la violencia”, y nos recuerde a la otra, “estamos ganando”.

Juan Oviedo