Sin lugar a dudas que es motivo de “reflexión” ese insistente vincular de la acción electoral del elegir
con cierta “racionalidad”, pero tal hecho no tenga en cuenta la dimensión inexplicable, inexplorada
e inabordable de lo emocional en el hombre e incluso, con esa propia definición de “emocional”,
porque la misma no logra bucear en esa -profundidad ontológica- del cual emana lo que somos, por
ello el término “emocional” implica una definición cosmética que pertenece a la punta del iceberg
pero ¡no! a lo abisal del cual emerja nuestra ontología.
El “preceder” de lo que somos, exceda notablemente el sentido por vincularnos a una realidad
distinta al misterio de ¡dónde venimos! y momentos de –contextualizar- lo expresado. En este país
manda la militancia por un lado y el rechazo a ella por el otro, ambas se definen en términos de –
amor y odio-. Ahora, si preguntáramos ¿por qué eres militante?, la racionalidad lo responda que
“militar” en tal partido,represente a la persona que decide militar. Lo que significa que ese militante
“antes” cargo a lo largo de su vida un trato definido como injusto, ultrajador a su dignidad y
despreciado en su condición, ahora, eso que llamamos -injusto, ultraje y desprecio- provoque la
respuesta emocional y por ende, las bases racionales de porque soy militante son explicadas según
esa racionalidad.
Esta me dice que mis inclinaciones son determinadas por las calamidades sufridas, sin embargo, lo
llamado como -injusto, ultraje y desprecio-, emerjan de una cantera inexpugnable al logos al que
solo puede nombrar y asociar con el afuera de lo social y lo contingente, pero infranqueable a lo
abisal donde habita y surge eso llamado emocional.
Porque eso -no visto, acechante, oculto y patente- es determinante en lo emocional, y el logos,
desde su limitada capacidad lo interpreta como una causalidad vinculada con el “afuera”, pero se
trata de un barniz lógico de mirada causalista al cual “adscribe” el -periodismo militante-, que
pretende explicar lo electoral en términos ¡lógicos!, periodismo que incita a que los mayores
militantes, expliquen a los menores de su seno familiar, que las –recetas- de los candidatos
opositores ¡ya han sido implementadas y fracasadas!. Tal premisa de este periodismo infiere que la
“racionalidad” sea el eje que –determina- el voto, según una tácita lógica que guía a las decisiones,
como también “sugerir” que se invoque al acervo emocional que representa la militancia de abuelos
y padres.
Ni aun el venerable Pascal hubo de penetrar en esa raíz lejana cuando dijo que “El corazón tiene
razones que la razón no entiende” ante el preceder de lo que somos, pero en especial, ¡su ignorar!
Por ello no puede más que causar risa o ¡lástima! esa pretendida explicación racional a la hora de
elegir, porque no se elige desde la razón, sino desde un más allá y que la reivindicación militante
cree entender, y dar un viso de cientificidad a lo político, cosa que no posee y por ende, posicionar
lo causal como determinante a la hora de elegir, pero el precandidato Milei y su casi -30 por cientode votos, es la expresión más concreta y representativa del “equivocado entender” que se ¡elige!
por lo racional.
Mientras, el periodismo militante que adhiere a la lógica y lo racional a la hora de elegir -no vio- a
un Fernández ni al mayor desconcierto que sus valores intelectuales, lógicos y racionales –explican-
: ¡un Milei!
Así, estos pretenciosos del periodismo militante que presumen tener -mirada prometeica-, en el
fondo se encuentren bajo la mirada “epimeteica” que los determina fracasados.
Juan Oviedo