• 23/11/2024 02:14

Reflexiones entre equívocas y univocas: Investidura (por Juan Oviedo)

Con el vocablo “investidura” nos topemos con la acción y el efecto de investir, y eso confiere una dignidad” o un cargo importante como puede ser el de un -ministro-, tal investidura es un fundamento que otorga seriedad al proceder del ministro, quien debe tener “presente” en sus dichos y acciones la presencia de esa investidura que le otorga verosimilitud, por el cual una relación entre investidura y lo investido queda fuertemente ligada.

Ahora, ¿puede mancillarse esa investidura?, sí, claro que sí, pero con ello pague esa persona un precio muy alto, que pierda su credibilidad, seriedad, mesura y sensatez, no hablamos de –una- equivocación de equis ministro, algo que puede ocurrir, sino de la pérdida de la investidura de ese ministerio ante la “brutalidad” de su ejercer, y que en este caso tiene nombre y apellido, vamos al ejemplo.

Leemos las siguientes declaraciones de la ministra Bullrich acerca de ¡cómo va a intervenir en el caso que sacude el país!, el caso Loan, “Ahora voy a ir con todo. Voy a ir con buzos, voy a ir con personal de montaña, que estoy trayendo. De monte, no de montaña. De monte porque es una zona de monte. Voy a ir a con buzos. Voy a ir con equipos radiológicos para ver la panza de animales. Voy a ir con todo», como es de notar, su “hacer” esta referido a su decir, pero “si” ese decir -no es- verosímil pierda seriedad, entonces, deje de poseer valor -su palabra, su decir, su pensar, su considerar-, es un gigantesco -flatus vocis- aprovechando la triste coyuntura del presente caso, en otras palabras, destruir el sentido que posee un ministerio y su investidura de institución confiable.

Entonces, las personas nombradas como ministros/tras y sus “incapacidades” a cuestas son quienes erosionan el -tejido institucional- creado para los fines de un cabal funcionamiento del Estado, país, república, patria etc., bueno, quitado esa investidura del ministerio -no solose lo deshonre, sino que deja de tener su injerencia de “servicio” al convertirse en patrimonio personal de los ministros, quienes los “vacían” de sentido, pero la lista de estos “bárbaros” no queda referida –solo- a ministros, sino extensible también a funcionarios, gobernadores, ¡presidentes!, quienes precedidos por la investidura que exige respeto, nobleza, honestidad, terminaron por quitar, opacar y destruir el sentido “honorifico” de las instituciones que presiden, presidieron y presidirán.

En el film “Quo Vadis”, Petronio, perteneciente al entorno de Nerón, le es insostenible mantenerse con vida, realiza una -última cena- con sus amigos más íntimos, y una vez cumplida la misma se corta las venas, momento en que dicta una carta a Nerón en los siguientes términos. “A nerón, emperador de Roma, amo del mundo, divino Pontífice: Sé que mi muerte va a ser una decepción para ti, a lo que deseabas prestarme ese servicio por ti mismo. Haber nacido en tu reinado fue una equivocación, pero morir en él, es una alegría.

Puedo perdonarte por haber asesinado a tu esposa y a tu madre, por haber incendiado nuestra amada Roma, por haber esparcido en toda la Nación el hedor de tus crímenes, pero hay una cosa que no puedo perdonar, el aburrimiento de haber escuchado tus versos, tus canciones de segunda categoría y tus mediocres representaciones junto con tus especiales dones Nerón, de criminal, incendiario, patricida y traidor.

Mutila a tus súbditos si te place, pero con mi último aliento te pido, que dejes de mutilar a las artes. Me despido, pero no compongas más música, embrutece al pueblo, pero no lo aburras a igual que aburriste hasta la muerte a tu amigo el extinto Cayo Petronio”.

¿Cuántos nerones hay hoy por aquí?……..¿y cuantos los votaron?


Juan Oviedo