• 23/11/2024 05:53

Reflexiones entre equívocas y univocas: Milei en clave postmoderna (por Juan Oviedo)

Jun 2, 2024

Es notable, la tremenda “confusión” que ha causado y producido Milei como presidente, en especial, en los medios opositores que lo deben “explicar” porque se ha apartado de los cánones clásicos de hacer política, confrontación contra todos, el “afuera” como método y el descalificar permanente, entonces, ¿cómo sería lo clásico?, negociar, ser políticamente correcto, la gente como eje, el país y la República, pero claro, esto último seria dentro de una línea conceptual de la modernidad donde la política, está al “servicio” del desarrollo y del progreso de la sociedad, pero en Milei -no es así-, la política está a “su” servicio porque fue ella quien lo “llevo” al lugar en donde está: la de ser presidente y allí, el escenario perfecto para el despliegue de su personalismo tras logotipos como el del “león” y signos icónicos como la “motosierra”, lo que posiciona el modo individualista y rasgo distintivo de la cultura posmoderna de la meritocracia, que fundamenta el “soy lo que tengo”.

¿Qué tiene?, la presidencia, entonces, con ella le saca el “jugo” a sus inquietudes, así, viajes, encuentros en otros países, honores, celebraciones, ¡más viajes!, continuando en modo “farandulero”, ese espacio que le permitió ingresar al mundo de la TV y presentarse en ese medio hegemónico “comunicativo”, ¿lo recuerdan?, era la época del payado, del clown Milei, del disfrazado de súper héroe, pues podía jugar con todo eso, ahora, continúe de la misma forma, la política solo fue un medio y lo electoral, hizo el resto, apuntado por el “collage” de la imagen.

Milei, por -no ser- político, no quedó “preso” de los sucesos políticos de gobiernos, triunfos electorales y derrotas de gestión, entendió el sesgo de su tiempo, el “fin” de las utopías que supieron encarnar esos “dos” partidos mayoritarios -radicalismo y peronismo-, agotado el ideal del “progreso” moderno, se instala la época de desilusión, la “casta”, tiene ahí, su fuerza revulsiva que lo posiciono con un poder espiritual que era patrimonio de teólogos, sin renegar del círculo rojo como poder temporal.

Si Milei fuera político, sin lugar a dudas que estaríamos ante un gran gobernante y un gran estadista, porque la capacidad para operar en términos de imagen por parte de él, hubo de ser brillante, pues “su” imagen si generaba algo nuevo, distinto, lo fue porque se diferenció de las consabidas imágenes del clásico y típico candidato sobrio, racional con propuestas superadoras, bueno, su “collage” hubo de destruir ese clasicismo al que todos venimos durante décadas soportando.

No -porque si- Milei cuido y cuida su “estética” con peinados, formas de vestir pareciendo un rockero, y apelar a un lenguaje directo, alejándose de la representación de una cultura de elite, y convertirse en “suceso” para ser difundido y consumido masivamente, “su” imagen comunica y explota los sentimientos, éstos son detonados por el señalado “collage” y el hartazgo de fondo configure la nueva verdad, la “derrota” del pensamiento fuerte, ante el delirio de gestos, acciones y dichos de este presidente postmoderno.

Las bases ideológicas en el análisis del periodismo acerca el gobierno de Milei, son modernas, política como transformación de la sociedad, sentido de “progreso” pero bases que el presidente -no posee- como tal, por eso aquellos que siguen analizando la gestión de Milei en base a conceptos modernos, no aporten claridad, porque este presidente -no fuevotado para que siga ¡ideales modernos!

Entonces, ¿para qué fue votado?, para que destruya, pero ¿y quién voto eso?, los desheredados de la tierra, creciendo en taperas, villas miseria, compartiendo con las ratas de la ciudad el dormir en la calle, con pies y muñones mugrosos, moscas alrededor, sin odio ni resignación, ahí, entre el limbo donde trascurren sus días, se reproducen, olvidados como a los wichis, creciendo y reproduciéndose frente a todos, y -no son vistos- porque ¡jamás fueron visibilizados!, ellos meterán miedo por no ser corrompidos ¡no por tener esos valores!, sino por -no poseerlos-, a ellos se les agregue los hijos de los reformatorios, las cárceles, los penales, ellos serán quienes “saquen y pongan” a los astutos de siempre u oportunistas de turno, sin bombos, ni banderas con el –asco- de por medio, que provocan, esos a los que la “racionalidad” no quiere visibilizar y víctimas directas del político moderno, bueno, ellos son los que han votado la presente destrucción.

Pero, la “casta” política continúe como siempre, entonces, ¿Milei mintió?, para nada, la pos verdad lo “absuelva” y con este evidente absurdo ¿ven que no hay solución hermano, ni siquiera en clave postmoderna?


Juan Oviedo