• 01/04/2025 00:45

Reflexiones entre equívocas y univocas: Partido X (por Juan Oviedo)

En las elecciones, cuando “votas” para cambiar algo y siendo gobierno, no se logra tal cambio, entonces, -no elegiste-, solo que te lo hicieron creer, porque no eliges si votas lo “mismo” para cambiar y no hay cambio alguno, y así, sigas por décadas y décadas tal como sucede en este país con el -partido X-, gobierno electo, deje de serlo en la próxima elección, y surja otro gobierno, ahora, tras “nueva” elección, se retorne al -partido x-, y eso ¿por qué?, porque el -partido x- tiene una presencia en el país de casi ¡ochenta años!, una vieja data recurrida con permanencia gubernamental y harto apelada para recomponer, estabilizar, ordenar los destinos del país por los desaciertos de los otros elegidos, entonces,
y ese sea “su” destino, ¡volver! para volver a ser –cambiado-, y retorne a su papel de reserva de cambio, ¿entiende el presente laberinto?, primero, la ilusión de “ser” el cambio, segundo, la ignorancia de donde se está, tener salida, y tercero, la rueda de las múltiples encarnaciones de lo mismo por lo cual “nada” pueda ser cambiado.

Usted, acostumbrado a este fenómeno político del país dirá, “bueno, es el juego de lo democrático” y yo le digo, ¡no! es lo democrático porque la cuantificación solo determina a -ganadores y perdedores-, y como viene mostrando este viejo proceso, usted ya ni siquiera elije, porque entienda que -no hay- elección en el condicionamiento y si el -partido x- tiene la edad que tiene y participar en múltiples gobiernos en el país, no lo fue por su volumen de cambio, sino por su “capacidad” para condicionar a la gente, apropiarse de significantes y otorgar significados partidarios tales como: pueblo, patria, soberanía, militante, resistencia, y ahora, la última frase de la “institucionalidad” pero institucionalidad significa un operar armonioso entre -instituido e instituyentes- y eje de la institución, y el congreso ha mostrado como nadie ¡tal ruptura!, porque bancas ganadas desde el -partido x-, ya no lo representan más, he aquí la ruptura institucional y sin embargo, todo igual, ¿qué nos dice la teoría?, cuando el instituyente rompe con lo instituido debe ser sacado de la institución, pero no nos debemos confundir, no se trata de algo institucional sino de la baja estofa moral de esos instituidos que el -partido x- posiciono, posiciona y posicionará.

Es llamativa la capacidad del -partido x- para auto concebirse milenarista, sin ninguna duda acerca de ¡si y su función!, lo que muestra como nadie el dogma instalado en su dirigencia, quienes azuzan sin cesar las banderas de su condición histórica rupturista contra los intereses extranjeros amenazantes de la autonomía, así, si usted quiere ser autónomo, patriota etc. debe -si o si- pensar, estar afiliado o sumarse al extracto ideológico del -partido x- por supuesto, publicitarse ¡máximo exponente! de la argentinidad en el país y así como el que “preside” supo acuñar exitosamente la palabra “casta”, el -partido x-, supo estampar el término –gorila-, ¿quiénes son los gorilas?, otro increíble significante con una densa variables de significados-

Y hoy, en pleno 2025 la voracidad electoral del -partido x. continúe más vigente que nunca, pero una frase se patentiza y ese la de Nietzsche en el Zarathustra cuando dice, “¿Acaso no sabe este santo varón que Dios ha muerto?”.

Juan Oviedo