Nombrado de esa manera en reconocimiento al médico austriaco que lo describió y que prácticamente lo investigó y estudio a lo largo de su vida profesional comenzando con sus publicaciones en 1938, Hans Asperger fue pediatra, psiquiatra e investigador logrando importantes estudios sobre desórdenes mentales en niños que divulgó incansablemente y que no lograron gran aceptación de la comunidad científica hasta pasados muchos años después.
Este médico se sintió atraído por el estudio de niños que presentaban un patrón de comportamiento que incluía falta de empatía, escasa habilidad para entablar una amistad, conversaciones con uno mismo, fijación intensa hacia un determinado interés y movimientos torpes en algunos casos. Cariñosamente los definía como “pequeños profesores” debido a que podían hablar con gran detalle y por mucho tiempo de sus temas favoritos. Son capaces de ver detalles que al común de las personas les cuesta apreciar al presentar estilos de procesamiento cognitivos particulares y alternativos. Son extremadamente directos y se les dificulta entender el lenguaje “entre líneas” o el llamado “doble sentido” tan común en nuestra sociedad.
Este síndrome se diferenciaba del llamado Autismo Infantil -estudiado también en aquellos años, pero en EEUU- en que no presentaba trastornos en el desarrollo del lenguaje ni problemas en su adquisición, incluso se presentaban casos de excelencias gramaticales a muy temprana edad. Su diagnóstico se sitúa en la infancia temprana, aunque puede evidenciarse con mayor claridad en fases tardías del desarrollo cuando el aspecto social comienza a ser central. Más de 50 años pasaron de los estudios del Dr. Asperger hasta que el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales -sistema de clasificación de trastornos mentales editado en EEUU que sirve de guía a profesionales de todo el mundo- lo tomó en cuenta y comenzó a difundirlo con mayor énfasis. En la actualidad se encuentra incluido dentro de los Trastornos del Espectro Autista, destacando que las ´personas que lo padecen no presentan déficit de inteligencia de ningún tipo y generalmente se encuentran intelectualmente en los niveles medio y superior.
Aún la ciencia no puede explicar el origen de la perturbación, pero considera con seriedad, que sus mecanismos responsables difieren de los demás trastornos incluidos en el Espectro Autista, marcando diferencias.
Como datos curiosos se pueden agregar que uno de sus pacientes de adulto fue un reconocido astrónomo que rectificó una parte de una teoría de Newton; que el mismo Hans Asperger fue un niño con las características que luego estudió y tipificó y por último, su pasión por los niños lo llevó a estar a cargo de la filial de Aldeas Infantiles SOS en Hinterbruhl en los suburbios de Viena, organización que aún existe y pertenece a la misma asociación que nuclea a la Aldea SOS que existe en Oberá.