Familiares, amigos, compañeros del sector político, autoridades locales y provinciales, vecinos de Campo Ramón y Oberá, entre otros, acompañaron a Hector Rodolfo Rolo Dalmau a su última morada. Luego del velatorio, con un desfile permanente de personas que acudieron a despedirlo en el salón principal de la Municipalidad de Campo Ramón, municipio que lo tuviera por dos gestiones como jefe comunal, sus restos fueron trasladados y depositados en el cementerio local.
La congoja, tristeza y genuina incredulidad ante el hecho fueron sensaciones claramente percibidas desde que se conociera la nefasta noticia. Una fila interminable de vehículos siguieron al coche fúnebre que lo llevaba. Antiguos vecinos del lugar, amigos de siempre, llegaron de las chacras cercanas, desde la ciudad de Oberá y desde toda la provincia. Anécdotas de la vida de estudiante, de su hacer política, logros, sueños y sobre todo acciones solidarias que caracterizaron al singular dirigente, fueron tema de conversación durante el velorio e inhumación.
Alfredo Zapatilla Aranda, compañero de militancia de Rolo, fue uno de los encargados de recordarlo y despedirlo. Otro de los oradores, Roque Correa, compañero del espacio político que lo tenía como líder afirmó: «Nos pidió que lo sepultáramos en este lugar y aquí estarás junto a tu pueblo y a tu mamá Lucy» dijo conmovido.