El Hospital modular de Panambí, no es de proporciones importantes, pero si vital para los ciudadanos del lugar. En tiempos de pandemia, en la frontera con Brasil, resulta más que necesario su funcionamiento. Por eso, vecinas de la zona, comenzaron tímidamente a trabajar con barbijos, confeccionando en sus casas. Lo hizo Silvana Malaquías Kratz, luego, se sumaron otras manos. Pasaron a las batas y ahora a las sábanas para las 30 camas que confeccionaron en la carpintería municipal.
La solidaridad vuelve a ponerse en acción, en este caso de la mano de docentes, amas de casas, que poseían máquinas de coser-algunas escondidas-y volvieron a sacarlas.
«Empecé con barbijos y luego se sumaron otros pedidos y otras manos, ahora confeccionamos 30 juegos de sábanas para el Hospital modular. Nos conectamos por whatsapps y ahí nos ponemos de acuerdo, hay gente que ha aportado dinero o materiales y seguimos trabajando. Me encargue de comunicarme con la tienda y pasaba a retirar y una de las chicas que es concejal de Panambí pasaba a buscar porque yo estoy en Oberá», comentó Silvana.
Entusiasmada señaló que «no podemos trabajar en lo nuestro, y esto te hace sentir bien, es lo que podemos generar para otros. Durante el dia, todo lo que puedo me dedico. Es una satisfacción sacar las máquinas para algo así, ya que no tenía tiempo de hacer nada y ahora esta cuarentena me permite coser otra vez y lo que aprendí alguna vez me resulta útil. Es una forma de retribuir lo que hacen desde salud, seguridad por nosotros. Ellos nos protegen y nosotras ayudamos a que se protejan ellos», indicó.