• 10/03/2025 14:36

Violencia y mujer; una renovada caza de brujas (por la Magister Hilce L. Diaz)

Mar 10, 2025

En el marco del acto local por el Día Internacional de la Mujer, organizado por el Departamento Mujer, Géneros y Diversidad de la ciudad de Oberá, la Magister Hilce Liliana Diaz, fue invitada a compertir el discurso alusivo a la fecha. Así, la reconocida profesional de las letras, impulsora y Coordinadora del espacio de lectura y escritura, Leo luego existo, captó la atención de los presentes con un rico texto, nutrido por el repaso histórico de la violencia de género, expuesto por diversas escritoras.

Meridiano55 comparte el discurso textual para que no se pierda la posibilidad de reflexionar, conocer y seguir la lucha contra una de las problemáticas de todos los tiempos.

El discurso:

Deseo agradecer al departamento de Mujer, Géneros y Diversidad del gobierno de la ciudad de Oberá por invitarmea compartir unas palabras en nombre del Espacio de Lectura y escritura “Leo, luego existo”. Somos una comunidad de mujeres lectoras de literatura de autoras exclusivamente; este año cumplimos 5 años en que de manera ininterrumpida compartimos la experiencia de leer para entender el mundo y rastrear las historias de mujeres, sobre todo escuchar lo que tienen para decirnos a través de sus textos.

Responder a qué se debe la intensidad de la violencia hacia las féminas e interseccionalidades, nos ha obligado a indagar en la historia. Entender los orígenes de privaciones y accesos a determinados espacios públicos, políticos, laborales y otros en que la voz masculina pudo proyectarse desde siempre, avanzar libremente y accionar en los diferentes períodos de la historia, sin necesidad de esconderse ni temer alguna forma de violencia. Así fue como buscamos respuestas a través de voces autorizadas en la historia, la antropología, la arqueología.

El deseo y la curiosidad nos acompañaron desde el principio e iniciamos la búsqueda a partir de investigaciones realizadas por el Instituto de la Mujer de la Universidad de Barcelona y de su proyecto, La violencia de género en el mundo antiguo.

Allí nos encontramos con los textos clásicos conocidos en la literatura griega, como la IIíada y la Odisea de Homero, la Teogonía y el Trabajos y los días de Hesíodo, testimonian que a inicios del primer milenio AC, el patriarcado era ya el orden simbólico establecido entre las comunidades griegas del Egeo; un orden que se sustentaba en distintos tipos de violencia (simbólica, psicológica o invisible, sexual y física o material) utilizados al servicio de la dominación masculina.

La mitología, primero como registro oral y luego como parte de nuestra sociedad escritocéntrica nos ha transmitido historias del panteón de dioses en continua lucha de poderes, en que sus pasiones y morbosidadesnos han dejado un sinfín de relatos de abusos, violencia física y sexual hacia las diosas y las humanas. De todas las violencias la que más se destaca es la violencia simbólica, psicológica o invisible, cuya función es conseguir que las mujeres pierdan su autoestima y acepten la inferioridad de su sexo como un hecho natural, ligado a la biología femenina con el objetivo de hacerlas sumisas y obedientes al orden hegemónico masculino. Esta es la principal violencia que prepara y sustenta el ejercicio de las demás violencias explícitas de tipo física, sexual y de las agresiones que los hombres desencadenan contra las mujeres tanto en los conflictos bélicos como la intrafamiliar. Un claro ejemplo literario lo tenemos en el lamento de Medea de Eurípides, de la tragedia que lleva su nombre; de la Metamorfosis de Ovidio y otras representaciones figurativas del arte griego.

La violencia simbólica impregna la vida en sociedad de mujeres y hombres estableciendo roles específicos de género, obligaciones y derechos, que constituyen modelos establecidos por el sistema. En los Anales de Tácito, por ejemplo, se menciona que los emperadores Tácito y Nerón denunciaron a sus propias madres por transgredir sus roles al ambicionar tener mayor influencia en el ámbito político. De la misma manera las numerosas persecuciones de mujeres griegas transmiten la idea de que el sexo femenino es un cuerpo que puede ser agredido y violentado por los hombres. Otros, como los discursos de Demóstenes ilustran que la discriminación femenina no estaba determinada sólo por el género, también la edad, el estatus jurídico, la etnia y la clase social.

Tanto en Grecia como en Roma, los escritores y artistas aprovecharon las posibilidades pedagógicas y educativas que permitían utilizar los género literarios y artísticos para adoctrinar a las mujeres y a los hombres, particularmente a través de historias míticas cargadas de simbolismos que sustentarían durante siglos el sistema patriarcal. Como por ejemplo el mito de Pandora, creación de los dioses para castigar a Prometeo por robar el fuego a Zeus. Ella debía seducir a Prometeo, pero la curiosidad y su deslealtad la llevaron a abrir el cántaro o la caja que contenía todos los males; razón por la cual, la muerte, la enfermedad y el dolor cubrieron a la humanidad. De esta manera y tras cerrar el receptáculo, pudo quedar la esperanza atrapada en su interior. Ejemplaridad, causa y efecto de ser inestable, poco confiable, de ser mujer.

Gerda Lerner, historiadora, docente y activista tras veinte años de investigación, nos cuentaen su libro La creación de la conciencia feminista que, en la Edad Media, las escritoras se encontraban en los monasterios. En su casi totalidad eran de origen noble, mujeres muy cultas, con conocimiento de idiomas (no latín), medicina, alquimia, música. La escritura era religiosa y de experiencias místicas y ellas estaban obligadas a que sus producciones fueran supervisadas por un tutor, siempre varón, que daba validez a sus escritos. Dice esta investigadora que, al prolongar las obras, las místicas debían reconocer su inferioridad intelectual disculpándose por atreverse a pensar como un hombre. Para ello afirmaban que sus argumentos y expresiones procedían del corazón y no desde la razón, entendido entonces como exclusivo atributo masculino. De esta manera se inscribían en una categoría inferior como pensadoras e intelectuales, amén de que se las privaba de aprender latín; idioma éste que las acreditaba como escritoras formales y dignas de ser leídas.

No puede ser ignoradala muy importante producción literaria por parte de brillantes literatas, científicas, filósofas y músicas a quienes, por cuestiones de tiempo no detallaremos. Aunque la Edad Media es considerada un período histórico oscuro, vale la pena iluminarnos con publicacionesen que se ha sacado a luz un listado de notorias escritoras. Algunas más audaces lograron firmar con sus nombres, vivir de sus escritos. La primera de ella fue Christine de Pizán. La incomodidad de los varones hizo que acusaran a varias de ella de cometer plagio. Y aunque tuvieron que atravesar varias tormentas injuriosas, tuvieron un período de realización intelectual y autonomía.

Tanta luz no pudo permanecer por mucho tiempo, el ocaso y la oscuridad se hicieron presentescon la santa Inquisición que de santa no tuvo nada y que contó desde el Siglo XV al XVII con aliados entregadores de brujas, quienes recibían paga por cada mujer acusada como tal. Había que eliminar a las herejes que tenían pacto y sexo con el mismísimo demonio en aquelarres nocturnos. Aunque, hoy día esta información ya no está oculta, se conoce que la verdadera historia detrás de estas mujeres, han sido de expropiación de bienes, de tierras y de herencia y no sólo desautorizar sus conocimientos como sanadoras, matronas y emprendedoras. Fue arremeter contra todos susderechos e incluso el derecho a la vida.

Pregunta Silvia Federici y también nos preguntamos: “¿Por qué las mujeres, de cuyos cuerpos vinieron al mundo todas y cada una de las personas que existieron, quienes no solo procrean, sino que alimentan a los niños y reproducen cotidianamente a sus familias, son el objetivo de tanta violencia, incluida la nueva caza de brujas?” (Federici,2021:125)

Si, la renovada caza de brujases la que estamos viviendo en varios continentes y en nuestra Latinoamérica.

“La caza de brujas- continúa Federici-que,en sus diversas manifestaciones, también es un poderoso medio de destrucción de las relaciones comunales, al inocular la sospecha de que detrás del vecino, el amigo o el amante se esconde otra persona, ávida de poder, sexo, riqueza o simplemente deseosa de cometer actos perversos. Como en el pasado, esta invención es esencial en una época en que la repulsión contra el capitalismo y la resistencia a su explotación aumentan en todos los rincones de la tierra. (Federici, 2021:126)

Pero la ofensiva contra las mujeres proviene sobre todo de la necesidad del capital de destruir lo que no puede controlar y de degradar lo que más necesita para su reproducción. Esto es el cuerpo de las mujeres, ya que incluso en esta era de la superautomatización no existiría más trabajo ni más producción que las que son resultado de nuestra gestación. Los bebés de probeta no existen; son una fórmula discursiva que deberíamos rechazar: es la expresión del afán masculino por procrear fuera del cuerpo femenino, la única frontera que al capital le queda por conquistar.

La violencia hacia las mujeres tiene historia y mucha. Dice Judith Butler “… el asesinato es la forma más extrema de dominación, y otras como el acoso, la violencia física, deben concebirse como un continuum del feminicidio (…). Y agrega:

“La situación del feminicidio no implica solo el asesinato activo, sino que incluye también el mantenimiento de un clima de terror, uno en el que cualquier mujer, incluidas las mujeres trans, puede ser asesinada. Las mujeres son asesinadas, no por nada que hayan hecho, sino por lo que otros perciben que son. En cuanto que mujeres, son consideradas propiedad del hombre, es el hombre el que ostenta el poder sobre sus vidas y sus muertes.  No existe ninguna razón natural para justificar esta estructura fatal e injusta de dominación y terror: forma parte de convertirse en género en los términos de la norma dominante. Convertirse en hombre, desde esta perspectiva, consiste en ejercer el poder sobre la vida y la muerte de las mujeres, matar es la prerrogativa del hombre al que se le ha asignado un determinado tipo de masculinidad.

“Las estadísticas, son aterradoras. Los asesinatos hacia las personas transgénero en todo el mundo se han incrementado. Latinoamérica quien ha avanzado hacia la igualdad de derechos hacia una mayor diversidad y mayores libertades legales son el objetivo de la violencia reaccionaria y son el blanco del odio de aquellos que temen sus progresos. Son el resultado de la misoginia, la transfobia. La escalada de violencia de la que somos testigos hoyes una reacción frente a los progresos que hemos hecho y eso significa que debemos seguir avanzando y aceptar que se trata de una lucha continuada, una lucha en que los principios fundamentales de la democracia, la libertad, la igualdad y la justicia están de nuestro lado.” (Butler, 2022: 45)

Por esta razón, es importante que nos esforcemos por entender la historia, la actual lógica de la caza de brujas y las muchas formas en que se perpetúan en nuestra era. Mientras exista una sola mujer que, por razón de su sexo, padezca violencia física, simbólica o sexual, el patriarcado seguirá existiendo como herramienta de dominación. Reformulando lo que menciona Judith Butler,la violencia que vemos es una reacción a los progresos concretados y esa misma reacción nos obliga a  seguir avanzando  porque debemos aceptar que se trata de una lucha que continúa pues los principios están de nuestro lado.